Sí, dejar de fumar parece estar inevitablemente ligado a ganar peso. La ansiedad que produce dejar los cigarrillos nos lleva a suplir las ansias de humo con todo tipo de comida, y cuanto más insana, mejor.

El consumo de bollería, grasas saturadas o los atracones a la nevera crecen especialmente en época de verano. Esto, sumado a las comidas fuera de casa, los helados y a los malos hábitos a la hora de comer, hacen que sea necesario algo de control si no queremos ganar unos kilos de más cuando dejemos el tabaco.

Dejar de fumar y no engordar no es una misión imposible y cada vez son más las personas que deciden romper definitivamente su último cigarrillo. Para evitar un excesivo aumento del peso, y de paso mejorar los hábitos de alimentación y de salud, os traemos estos sencillos consejos:

1. Pasate a la comida sana: El verano es una época perfecta para experimentar en la cocina, así que, ¿por qué no probar algo nuevo con las verduras, frutas, ensaladas o el pescado? Con una dieta más ligera disminuirán las ganas del cigarrillo tras la comida y de paso eliminarás las grasas y azúcares perjudiciales presentes en tu dieta.

2. Aumenta el consumo diario de agua: No sólo ayuda a eliminar grasas y toxinas, sino que consumirla antes y durante las comidas nos dará una mayor sensación de saciedad, con lo que comeremos menos. Intenta evitar las bebidas y refrescos carbonatados o con grandes cantidades de azúcares. No hay nada tan sano como el agua.

3. Mide lo que comes: planifica tus comidas y busca el equilibrio. No poner la fuente de comida a tu alcance para evitar repetir puede ayudarte a medir lo que comes y evitarás la tentación de repetir. Utilizar platos más pequeños puede hacer que las raciones reducidas parezcan más grandes "¡La comida entra por los ojos!".

4. Haz ejercicio. Los beneficios del deporte han sido más que repetidos: mejora y recupera la capacidad pulmonar, reduce el estrés y la ansiedad, mejora el aparato cardiovascular, ayuda a estar de mejor humor y además adelgaza. ¿Podría haber algo mejor?

Dejar el tabaco es una tarea dura, son necesarios fuerza de voluntad y algo de planificación, pero es una tarea que está al alcance de todo aquel que se lo proponga. Los primeros días serán los más duros, pero será importante no recaer y ayudarse del ejercicio y el entretenimiento veraniego para aliviar la ansiedad y mantenerse ocupado sin fumar.