­Lo advirtió la Organización Mundial de la Salud y lo hace ahora la Asociación Americana del Corazón: los niños no deben consumir más de 25 gramos de azúcar añadido al día, o lo que es lo mismo, seis cucharaditas.

Organizaciones como estas llevan años manteniendo una cruzada contra el azúcar ante la pandemia de obesidad. España es un gran productor y también uno de los mayores consumidores del mundo: si los médicos recomiendan que su aporte calórico no supere el 10% diario, tanto en niños como en adultos, España alcanza tasas del 16%. «Consumir más azúcar del que se debe origina problemas de caries, obesidad y diabetes que acaban teniendo repercusión en la frecuencia de la enfermedad cardiovascular», sentencia el jefe de cardiología del hospital Povisa, Juan Carlos Arias.

La elevada ingesta de azúcar ha llevado a España a ocupar la cabeza de otra lista, la de obesidad infantil. «Estamos viendo que en los niños es cada vez mayor, entre un 20 y un 30% entra en el concepto de sobrepeso y eso conlleva consecuencias importantes con el síndrome metabólico», explica el médico de la Sociedad Gallega de Pediatría Juan Sánchez.

Cuando una persona consume azúcar, la glucosa se vierte en la sangre y la insulina debe salir a consumirla. «Tiene que procesarla, pero cuando hay mucha glucosa, el páncreas no siempre es capaz de acabar con ella», relata. Si además se le suma la grasa abdominal acumulada, peor. «Esta provoca unas hormonas que bloquean la insulina». Se produce entonces una resistencia, la insulina no puede hacer su función. Estos casos son los que suelen derivar en una diabetes de tipo 2.

Los expertos hacen especial hincapié en las bebidas azucaradas: una lata puede contener nueve cucharaditas. Además, las organizaciones de consumidores, como la OCU o Facua, llevan años denunciando la sobredosis edulcorante de los productos infantiles, como los zumos, las galletas o los cereales y el mal etiquetado en el sector alimentario. «Debemos tener una dieta basada en proteínas, hidratos azúcares y aceites, si la dieta no es natural tiende a tener mucho azúcar añadido», señala Arias, quien recuerda que los datos de obesidad «merecen un esfuerzo importante» para educar y reflexionar sobre lo que consumimos.

El «lobby» del azúcar

Los mensajes sobre los peligros del azúcar se incrementan desde hace tiempo; sin embargo, el consumo también: el sector calcula que en 2015-2016 se alcanzarán alrededor de los 173 millones de toneladas, un 2,2% más que en el tramo anterior.

Cuando la OMS emitió su recomendación de seis cucharadas, el Comité Europeo de Fabricantes de Azúcar dijo que era «poco realista». Cuando se propuso que España gravara las bebidas azucaradas, como han hecho Reino Unido o México, la Asociación Española de Bebidas Refrescantes lo calificó de «discriminatorio y arbitrario». Suelen apoyarse en que no existen evidencias científicas. Pero Arias defiende que «es de sentido común, el azúcar provoca obesidad» .

El gran lobby hace su trabajo oponiéndose a la reducción, pero algunas de sus prácticas quedaron al descubierto en una investigación llevada a cabo por la Universidad de California, en San Francisco. Allí un grupo de investigadores analizó varios documentos de los años 1959 y 1971 en los que se evidenciaba cómo habían influido en el Programa Nacional para la Caries. Su recomendaciones focalizaban el problema en otros aspectos diferentes al consumo de azúcar.