­Los beneficios de tener una vida sexual satisfactoria son conocidos por la mayoría, saltan a la vista en muchos casos y buena parte de ellos están probados científicamente. Sin embargo, ¿qué ocurre en nuestro cuerpo y mente cuando los sometemos a una privación prolongada de sexo? Sexólogos y ginecólogos españoles coinciden en que, cuando la abstinencia sexual no es buscada (ya que cuando sí lo es no existe perjuicio para la salud) es muy probable que afecte al estado anímico de la persona y a su autoestima, aunque no a todas las personas por igual, y respecto al cuerpo, advierten: la falta de sexo no es mala para la salud y, aunque algunos estudios advierten sobre posibles perjuicios, la mayoría no se sustentan en evidencias.

Tal como destaca la sexóloga Martina González, «antes de preguntarnos si practicar sexo es bueno para la salud y si dejar de practicarlo puede ser perjudicial, la pregunta sería ¿qué entendemos por sexo? Habitualmente lo que nos viene a la mente es una pareja heterosexual practicando el coito vaginal, y es esta concepción de la sexualidad, la que puede perjudicar seriamente la salud, especialmente la mental y emocional», afirma la especialista. Y recuerda que «hay tantas sexualidades como personas e infinitas maneras de practicar sexo». «Lo que más me encuentro en consulta son problemas y dificultades relacionadas con esta concepción de la sexualidad: reproductiva, heterocéntrica, coitocéntrica, penecéntrica y orgasmocéntrica. Una secuencia que se repite con el tiempo de forma mecánica, que genera dificultades sexuales si no se cumple y desajustes de deseo si se cumple. Y que deja a mucha gente fuera», añade González.

Por su parte, la sexóloga Emma Placer asegura que son muchas y muy variadas las ventajas de disfrutar de una sexualidad regular, positiva y satisfactoria. «Este cóctel hormonal al que se unen la adrenalina, testosterona, estrógenos, progesterona, etc. puede ayudar a mejorar muchos aspectos de nuestra salud: fortalece el sistema inmunológico, reduce el estrés, ya que nos ayuda a relajarnos y a dormir, liberamos opiáceos por lo que podemos reducir diversos dolores y mejora la memoria. Por otro lado, cuando mantenemos relaciones sexuales aumentamos el ritmo cardíaco, y baja la presión arterial, por lo que se dice que el sexo puede prevenir el riesgo de infarto», describe.

En cuanto a que practicar sexo adelgaza, «algo de mito sí que hay. Cardiólogos americanos investigaron sobre el tema y el sexo regular de 20 minutos equivale en ejercicio físico en dar un paseo a buen paso, en el caso de los más pasionales sería subir escaleras... puede ayudar a que estés más en forma, pero si el domingo hay cocido y el lunes pizza, el nivel de compensación calórico te obligaría a practicar sexo 4 o 5 veces al día», advierte.

Por otra parte, la sexóloga apunta a que algunos estudios corroboran que el sexo mejora la calidad de la piel, «y tiene su lógica, ya que durante las relaciones sexuales liberamos algunas sustancias que pueden ser anti-inflamatorias, pero personalmente creo que es el buen humor y la positividad lo que nos hace tener la cara y la piel más guapa».

Si estos son los beneficios de practicar sexo, ¿si no se practica ocurre lo contrario? «No tiene por qué ser así, ya que hay muchas otras actividades en las que puedes liberar esas hormonas, pero el sexo es más divertido», anota Emma.

Con respecto a la posibilidad de que la falta de sexo provoque disfunción eréctil en los hombres, el ginecólogo y sexólogo David Gómez recuerda un estudio finlandés que identificó que los hombres que tenían relaciones menos de una vez por semana tenían mayor riesgo, «pero faltan más estudios que establezcan una relación causal clara», advierte. Con respecto a la próstata, indica que «es cierto que hubo algunos estudios caso-control que asociaban un aumento de la frecuencia eyaculatoria entre 20 y 29 años con un menor riesgo de cáncer de próstata, pero otras investigaciones no han encontrado ningún efecto protector», dice. En cuanto a la incontinencia urinaria en la mujer, tampoco hay ninguna asociación. «Eso sí, realizar ejercicios de suelo pélvico regularmente, sirve para prevenir y mejorar la incontinencia urinaria en la mujer, así como para mejorar la función sexual. Durante el orgasmo también se producen contracciones de la musculatura vaginal, pero no está demostrado que tenga ningún efecto en la prevención de la incontinencia urinaria de la mujer», indica el ginecólogo.

Su colega Carlos Hermida coincide: «es difícil demostrar científicamente que una serie de enfermedades o dolencias propias de la mujer son debidas a la práctica no habitual del sexo, pero sí se sabe que una vida sexual satisfactoria, activa y sana contribuye a mejorar la lubricación fisiológica y sexual ayudando al equilibrio de la flora vaginal y pH, potencia la respuesta inmune, verdadera barrera contra las infecciones y fortalece el suelo pélvico, además de mantener la elasticidad vaginal, ya que vagina puede ir «estrechándose» por la falta de actividad sexual, describe el ginecólogo.