Si hay un sector que necesita de más cuidados en nuestra sociedad es el de Tercera Edad. Y de eso es consciente la Red Valenciana de Salud Mental, cuyos usuarios en su mayor parte son personas mayores. Los trece centros que la conforman ofrecen en sus instalaciones, distribuidas por toda la Comunidad Valenciana, programas y actividades que buscan la rehabilitación máxima de cada uno de sus residentes.

Con esa máxima, tratan de facilitar la integración al centro de los usuarios, con el fin de que se sientan partícipes de un proyecto común. Asimismo, potencian la interrelación de los residentes para establecer así un clima de confianza y respeto, fomentan la reinserción sociofamiliar, y trabajan para que los usuarios adquieran y mantengan unos hábitos básicos de autocuidado. Todo ello con un último fin: proporcionar todo lo necesarios para conseguir una mejora de la calidad de vida de los residentes.

Para lograrlo, la Red Valenciana de Salud Mental ( a la que pertenecen los CEEM Camp de Túria, Cumbres de Calianto, Roger de Lauria y Residencial La Torre; los centros terapéuticos Balcó de la Safor, Ciudad Jardín, Xàbia Bella y La Ribera; el Centro Geriátrico Jardines del Parterre; y las residencias de Tercera Edad Nuestra Señora del Buen Consejo, Bonaire y San Nicolás, además de la residencia Masía de Pavía), presenta un programa de actividades que ofrece a cada residente un tratamiento biopsicosocial personalizado y que se ajusta a su perfil.

Así, ofrece una serie de servicios asistenciales en los que proporciona el soporte vital para cubrir necesidades básicas de la persona, facilitando la reducción de sus limitaciones o sufrimientos y reinserción social para incrementar su autonomía.

Mediante actividades educacionales, se tratan de desarrollar una concienciación cultural y conductual transmitiendo una serie de habilidades y valores, que conduzcan hacia una mejora intelectual, emocional y social en el individuo.

También se ofrece una atención individualizada a todos los usuarios mediante un Programa Individual de Rehabilitación (PIR) que va dirigido al usuario, a su familia y a otros recursos del entorno.

Otro de los puntos clave con que trabaja la red es la tipología de la estancia del residente. Esta puede variar en función de sus necesidades o las de sus familiares. Se puede optar por una corta, media o larga estancia, así como por un respiro familiar.

Y, por último, todos los centros tienen entre sus objetivos convertir sus instalaciones en un lugar para la convivencia, en el que incremente la calidad de las relaciones sociales e interpersonales. Así, dotan al residente de normas de convivencias básicas, que le permitan desenvolverse con independencia, y proporciones a las familiar y allegados las pautas y los recursos para el afrontamiento de la enfermedad mental.