Benedicto XVI desembarcará este miércoles en las redes sociales con su primer 'tuit', un paso encaminado a adaptar la Iglesia a los nuevos tiempos y a atajar la pérdida de fieles entre las personas más jóvenes, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta en la actualidad.

Las formas de comunicación han cambiado y los jóvenes apuestan cada vez más por Internet y las redes sociales para compartir información y opiniones, y la Iglesia es consciente de que debe entrar en este campo si quiere mejorar la imagen ante este colectivo, a pesar de los riesgos que esto entraña.

"Propongo cambiar todos los tesoros que tiene el Vaticano por comida para los niños con desnutrición en África", "@Pontifex usted es la prueba misma de la no existencia de Dios", o "El 60 por ciento esperando su primer tuit para soltar respuestas sarcásticas", son algunos de los mensajes con los que la comunidad de 'tuiteros' ha recibido este anuncio.

"Poner al papa en Twitter es abrir la caja de Pandora. Van a salir los comentarios de los católicos en un sentido positivo, pero también habrá comentarios negativos", ha señalado a Efe el presidente de la agencia de publicidad TAPSA, Fernando Ocaña.

Este experto considera que en el Vaticano "habrán calculado el nivel de riesgo" que implica esta decisión. "Deben movilizar a sus bases para que los comentarios positivos sean los primeros en verse" y que los negativos queden cada vez más relegados.

Lo que Ocaña tiene claro es que "en la red hay que estar" porque es la forma de comunicarse con los jóvenes que no van a las iglesias ni escuchan los discursos religiosos en televisión. "Los jóvenes están en la red", subraya.

En este mismo sentido se pronuncia el profesor Pablo Blanco, teólogo de la Universidad de Navarra y biógrafo del Papa. "Lo que el papa busca con este gesto valiente es anunciar el Evangelio en el mundo actual, con todos los riesgos y peligros que eso puede llevar consigo".

A pesar de que Benedicto XVI "no es un hombre tecnológico", Blanco confía en sus habilidades como comunicador que le permiten "expresar ideas profundas con palabras sencillas" y sintetizar conceptos complicados.

"No sé si se le habrá ocurrido a él la idea de entrar en Twitter, pero me parece que no habrá puesto muchas pegas", explica a EFE tras apuntar que "lo que el Papa ha visto en Twitter es una nueva forma de evangelizar".

Sobre el tono crítico de algunos de los comentarios dirigidos a este anuncio del Vaticano, Blanco se muestra convencido de que "el Papa está dispuesto a sufrir cualquier vejación por ser valiente y hablar de Jesucristo y los cristianos tenemos que estar dispuestos a que no nos entiendan, nos critiquen e incluso que nos insulten". "Es un buen ejemplo para todos nosotros".

Para Ocaña, sin embargo, este riesgo se evita "movilizando a los católicos". "Cuando ellos empiecen a opinar en la red diciendo que todo está muy bien, los comentarios buenos estarán arriba y los malos no se verán. Supongo que esa es la estrategia".

A pesar de todo, este experto en publicidad lo tiene claro: "la Iglesia tienen que ir donde están sus grupos objetivos y sus grupos son los jóvenes y están en la red". Pero para ello, "lo que tiene que hacer es tomar determinadas precauciones y la primera es modernizar el producto y hacerlo transparente".

"Siempre estamos acusando a la Iglesia católica de ser más antigua que la tana, que se ha quedado en el Medievo, que con las tecnologías que utiliza no puede llegar a los jóvenes... y cuando se ponen en la red y quieren ser más modernos y acercarse a los jóvenes, entonces le decimos que están locos", reflexiona.