A la hora de hacer una fotografía la elección del objetivo es tan importante como contar con un buen cuerpo. En buena medida, esa elección, va a tener un resultado significativo en la imagen captada tanto si se trata de cámaras digitales como de argénticas con lente intercambiable.

Para acertar en la elección es primordial saber qué tipo de foto se quiere hacer: no es lo mismo plasmar un paisaje panorámico que requiere un gran profundidad de campo, que un primer plano en el que el fondo va a ser posiblemente secundario.

También la calidad de la óptica será un factor importante porque el resultado va a quedar determinado por factores como la luminosidad y la categoría de los cristales y, por supuesto, el precio.

Lamentablemente, salvo excepciones, los fabricantes hasta ahora han diseñado los objetivos para que solo se puedan usar en sus propias cámaras. Una de las excepciones es de la montura estándar 4/3 que utilizan varios fabricantes, lo mismo que las cámaras réflex que usan montura de rosca M42 o las más clásicas de rosca M39, casi todas originarias de la URSS y, en menor medida de Japón.

También hay fabricantes que hacen objetivos, tanto de rosca como de bayoneta, para cámaras de otras marcas y se pueden elegir entre varios tipos de montura, pero solo servirá para un determinado modelo. Suelen ser de gran calidad y algo más asequibles.

A tal foto, tal lente.

Para hacer una foto panorámica lo más adecuado es optar por un angular que estará en un rango focal de entre 16-28 milímetros, aunque los hay inferiores. El problema es que cuanto más ángulo de visión tenga, por ejemplo un 10-18, (con más de 180 grados de visión) será bastante más caro por la complejidad de su fabricación.

Los objetivos estándar en cámaras de paso universal de 35 milímetros (mm), llamados también zoom cortos, con un rango focal que normalmente está en los entre los 28 y los 70 mm, y pasan por los 40/50 mm que se corresponde con el campo de visión del ojo humano. Tienen la ventaja de que son relativamente baratos y con muy buena luminosidad (f). Son los más comunes y ofrecen muy buenos resultados.

Y, finalmente, están los grandes teleobjetivos para los primeros planos de retrato, por ejemplo, y para la foto de animales a gran distancia, entre otras posibilidades.

El inconveniente es que pierden luminosidad, lo que les inhabilita para condiciones de luz escasas, son pesados y hay que usarlos con trípode en casi todas las ocasiones y son caros.

Por ejemplo un zoom que llegue a los 400 mm suele tener su luminosidad a partir de f/5.6. El problema de los teleobjetivos grandes es que pesan bastante, son muy caros y obligan casi siempre a usar trípode porque es muy difícil hacer una foto a pulso, sobre todo si se utiliza una apertura alta (2.8) o una velocidad de obturación larga.

También hay objetivos de focal fija que se pueden usar para cada condición concreta. Son más útiles porque al tener menos lentes ganan en calidad y otros denominados 'todoterreno' que tienen una rango muy amplio, por ejemplo 18-200 mm.

En definitiva la elección de un objetivo adecuado es esencial a la hora de hacer una buena foto, un complemento perfecto para un buen cuerpo.