A sus 37 años el valenciano Iñaki Berenguer ha cumplido el sueño de muchos emprendedores, crear su propia empresa de la nada, hacerla crecer y venderla en tres años por 30 millones de dólares. Ayer reveló las claves de su éxito a los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Politècnica de Valencia (UPV) en la que se forjó como ingeniero hace 14 años. Tras licenciarse en la UPV, obtuvo el doctorado en Cambridge University y un máster de Negocios (MBA) en el MIT de Boston. Allí en 2009 fundó Pixable, una empresa emergente (star-up) dedicada a la recolección, compartición y almacenamiento de fotos y videos en internet. Tres años después, cuando la vendió al gigante asiático SingTel, tenía 2,5 millones de usuarios, la mitad de los que cuenta ahora.

¿Cuál es la receta del éxito?

Primero, ir a por mercados grandes. Si ideas el mejor invento del mundo, pero soluciona un problema que sólo tienen tres personas no vas a conseguir mucho éxito. Y, segundo, atraer talento que pueda ejecutar la idea que tienes en la cabeza, convertirla en un producto y lanzarla con éxito.

¿Cómo se puede fomentar el emprendimiento?

Difundiendo los casos de éxito para que la gente tenga referentes. Conozco a muchos emprendedores que han salido de la UPV que hoy trabajan para las empresas más potentes a nivel mundial, pero la gente joven no lo sabe. No sabe que se puede alcanzar el éxito. Muchos piensan que esto de emprender está sólo al alcance de los que han estudiado Administración y Dirección de Empresas (ADE) o de hijos de ricos. Eso no es cierto. Ser emprendedor está alcance de cualquier persona.

En EE UU, que es la meca del emprendimiento, hay más confianza en la gente joven que aquí.

No sé si es un tema solamente de facilidades, yo creo que es una cuestión que va calando en la gente mucho antes. Emprender es difícil aquí, en EE UU o en China. Vayas donde vayas es complicado porque partes desde cero y tienes que atraer financiación y talento así como tener tiempo para desarrollar la idea. Lo que si que es verdad es que en EE UU a un chaval de 16 años le preguntas quien es su referente en la vida y te va a responder Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, Bill Gates [Microsoft] o Steve Jobs [Apple]. Sin embargo, en España, te contestan Ronaldo o Messi, y hasta que no tienen 27 o 28 años no se dan cuenta de que son capaces de montar una empresa. Cuanto antes captures a la gente y le vayas diciendo que esto es posible, conozcan casos de éxito de sus compañeros de clase, a lo mejor se lanzan a montar una empresa antes de tener una hipoteca, hijos o están atados de tal manera que no puedan asumir riesgos. Cuando acabas la carrera, con 23 años, no tienes nada que perder y te la puedes jugar mucho más a lo grande.

¿Qué aconseja a los jóvenes que están en la universidad?

Que continúen aprendiendo siempre y sepan rodearse de gente buena, con ambiciones e inquietudes. Esto se logra yendo a centros de formación donde hay gente con talento, como la UPV, y después a empresas donde quieran hacer cosas. En EE UU se lleva mucho el concepto de red de contactos (network). En este sentido es mejor conocer a 50 personas que tengan muchas inquietudes que a 1.000 que no te aporten nada en la vida.

Para alcanzar su sueño se tuvo que marchar fuera, como están haciendo ahora muchos jóvenes.

Es bueno, que la gente, sobre todo al principio, vaya donde están las oportunidades. Lo que habría que hacer de alguna forma es que esas oportunidades existieran en España, pero si ahora mismo hay más fuera, habrá que salir a buscarlas. La gente sale, se forma, y lo que aprende se le queda en su ADN de cómo hacer las cosas, por lo que luego puede volver y aplicarlas.

El problema es cuándo no pueden volver, por lo que España está perdiendo mucho talento.

Sí, eso es un problema. Se tienen que tomar iniciativas como el plan de fomento del emprendimiento de la UPV. Pero esto no se logra de un día para otro, sino que es casi generacional. Esta política es una inversión a largo plazo. El ecosistema que se está generando ahora no empezará a dar frutos hasta dentro de cinco o siete años. En mi caso yo monté la empresa cuando estaba en el MIT, y me fui a Nueva York gracias a unas políticas municipales para atraer innovación, que nos facilitaban espacio compartido, y tres años después, cuando la vendimos por 30 millones y se vio que habíamos generado más de 50 puestos de trabajo de calidad en la ciudad y que habíamos pagado un montón de impuestos, el alcalde [Michael Bloomberg] nos dijo que la apuesta en nosotros había sido una inversión.

¿Cómo valora el plan de emprendimiento de la UPV?

Los empujones iniciales, cuando ni siquiera tienes un sitio para sentarte a desarrollar la idea que has tenido con tres amigos, son muy importantes. Es básico tener espacio en tu propia facultad y gente que te asesore a la hora de montar una empresa.