Malas notas, cambios en la conducta social y familiar y obsesión por estar conectados son señales de alarma del abuso de la tecnología en adolescentes, según aseguran diversos expertos que participaron en la I Jornada ´Las TIC en la adolescencia: del uso al abuso´, organizada por la Clínica La Luz de Madrid.

"Cada vez necesitan dedicar más tiempo al uso de las nuevas tecnologías para obtener el mismo nivel de satisfacción. Esto se manifiesta en cambios en la conducta social, cambios en las relaciones familiares y en el rendimiento académico", ha aseverado el psiquiatra infanto-juvenil de la Clínica La Luz y coordinador de la jornada, José Luis Pedreira Massa.

En este sentido, otro de los coordinadores del encuentro, Carlos González Navajas, ha informado de que en las consultas acuden chicos "obsesionados" por estar conectados, que no apagan el dispositivo por la noche y que alteran sus actividades cotidianas para usar, cada vez más, el móvil, la consola o el ordenador.

Además, prosigue, cuando no están en contacto con los dispositivos se vuelven irritables y tienen cambios de humor, algo que se calma al volver a estar conectados. Por ello, a su juicio, no es de extrañar que vean alterados sus ritmos de sueño y comida por la hiperadicción y por el aumento de la excitabilidad.

Ahora bien, aunque en cuestión de edad dicho abuso se dé especialmente en adolescentes de entre 12 y 16 años, existen diferencias por sexos. Así, tal y como ha explicado González Navajas, en el caso de los chicos suele tratarse de un adolescente con carácter tímido, retraído y con ciertas dificultades relacionales que hace un uso abusivo de los juegos en red y consolas.

Por su parte, las chicas con adicción a las nuevas tecnologías tienen un carácter aparentemente sociable, pero con ciertas dificultades en la comunicación y que hace un excesivo de redes sociales como ´Twitter´, ´Facebook´ y ´Tuenti´, y otros sitios de Internet, sobre todo los relacionados con trastornos d la alimentación.

"Ante situaciones como las descritas el abordaje terapéutico es imprescindible y, como en otras conductas adictivas, exige separar al adolescente del tóxico, es decir, en ese caso de los dispositivos tecnológicos, los juegos online y las redes sociales", ha apuntado Pedreira.

Prevenir para no abusar

Finalmente, según Pedreira la prevención de todo abuso es fácil de formular pero, tal y como ha apostillado, "muy difícil" de ejecutar y en el caso de las nuevas tecnologías lo es más, ya que se habla de un "invitado" permanente en todos los hogares, de unas herramientas que ayudan y entretienen y que tienen a todos, adultos y niños, seducidos.

Sin embargo, y a pesar de esta dificultad, los especialistas han definido una serie de pautas claras a implementar por los padres para evitar un uso abusivo de la tecnología por parte de sus hijos.

"Los dispositivos tecnológicos no pueden estar en la habitación del niño o adolescente, sino en una habitación de tránsito, como el salón o un despacho. Además, tiene que haber una persona adulta presente cuando el menor esté utilizando la tecnología para que controle el tiempo de exposición, así como los contenidos que se visitan", ha recalcado.

Por último, ha destacado la necesidad de que los padres conozcan las contraseñas de los perfiles que tienen sus hijos en las redes sociales y que pacten con ellos en qué circunstancias no deben usar el móvil.