Desde hacía tiempo un servidor tenía ganas de probar una nueva generación de volantes para videojuegos de conducción fabricados por la empresa francesa Thrustmaster de los que solo se oían maravillas. Principalmente, y una de las cosas que más me llamaba la atención, me intrigaba el hecho de que se hablara de una experiencia de uso tan real como la que se tiene al conducir un coche de competición. Y a falta de un coche en condiciones con el que poder correr en un trazado profesional, nos fuimos a un circuito de karts.

Primero, una sesión intensa con un kart de competición, y a continuación, una prueba a fondo de los volantes. Y ahora es cuando más de uno se pregunta si había alguna diferencia. Pues sigue leyendo...

Lo primero que notas cuando coges uno de estos volantes es que su tacto es perfecto. Su ergonomía hace que parezcan volantes de competición. Pero lo más sorprendente no está a la vista, está en su interior.

Gracias a la más avanzada tecnología mecánica que existe en la actualidad, los volantes creados por Thrustmaster son capaces de transmitir un realismo tan increíble que jamás lo había sentido antes en un volante para videojuegos. El secreto está en un sistema llamado Force Feedback, que pese a no ser una novedad, sí es cierto que ha sido realmente perfeccionado en estos nuevos modelos. El sistema funciona gracias a un motor interno que ejerce diferentes fuerzas sobre el volante, exactamente igual que lo haría un coche real sobre el asfalto. Y no me refiero tan solo a que la dirección se endurece „que lo hace„, sino que el volante realmente gira solo y te obliga a contravolantear igual que lo harías si estuvieras derrapando con un coche en un circuito. La sensación que se siente es exactamente la misma que cuando derrapaba con el kart sobre la pista. Además, gracias a las distintas configuraciones del volante, el efecto es diferente según el coche e incluso el videojuego con el que juegas.

Estos son los primeros volantes «semi profesionales» para las consolas de nueva generación que han salido al mercado. Tanto la Xbox One como la PlayStation 4 tienen cada una su propio volante exclusivo. Pero lo mejor no es eso, sino que gracias al ingenioso sistema de fabricación, existen otros volantes compatibles, incluyendo una réplica del que llevan los Ferrari de F1. Una auténtica maravilla.

Ahora se entiende que, por ejemplo, pilotos surgidos de competiciones «virtuales» como la de Gran Turismo estén corriendo en Le Mans...

Aunque posiblemente lo mejor de esta experiencia haya sido el vídeo que para la ocasión hemos grabado. No tiene desperdicio.