Hablar de videojuegos en los últimos tiempos, y más concretamente de consolas de sobremesa, suponía centrarse en dos nombres propios: la PlayStation 4 y la Xbox One. Pero esa posición de -casi- monopolio por parte tanto de Sony como de Microsoft podría estar en peligro ya que dos nuevos jugadores -nunca mejor dicho- han hecho acto de presencia en el mercado y podrían poner en aprietos a algunos.

Si bien es cierto que actualmente en España la potente consola de Microsoft está viviendo sus horas más bajas, no ocurre lo mismo con la PlayStation 4 de Sony. Tras unas navidades en las que las ventas se han disparado hacia el lado nipón gracias en gran medida a su casco de realidad virtual y a la nueva PlayStation Pro, con el final del invierno han llegado dos nuevas consolas que vienen a calentar un mercado ya caldeado de por sí. Todos quieren su trozo de pastel.

La norteamericana nVidia -de sobra conocida por su ecosistema de gráficos para PC- ha presentado recientemente su nueva Shield TV. Este «reproductor de streaming», según la propia compañía, es en realidad una de las más novedosas y originales consolas de videojuegos que existen. Es rápida, potente, y permite disfrutar de vídeo 4K HDR -con Netflix como punta de lanza- con una soltura sorprendente. Pero lo mejor es que la extensa biblioteca de títulos a precios más que asequibles que ha puesto en juego nVidia hace que se tambaleen los cimientos de la industria. Eso y su servicio de suscripción: por 10 €/mes, 50 juegos.

Para rematar un producto casi perfecto, la Shield TV permite controlar elementos del hogar inteligente con la voz, reproducir contenidos de móviles y tabletas de forma inalámbrica y jugar al momento con los mejores videojuegos del mercado. Y todo de forma fácil y sin complicaciones ni instalaciones.

Nintendo va a por todas

La firma de Mario no quiere perder el tren de la nueva generación, y por ello va a poner en circulación el próximo 3 de marzo un nuevo concepto de consola como nunca se había visto hasta ahora. Basada en una suerte de tableta a la que se le acoplan unas novedosos mandos removibles, lo mejor de la Nintendo Switch es su enorme versatilidad. Colocada sobre su cuna, los mandos laterales se extraen para poder jugar en cualquier televisor con conexión HDMI exactamente igual que con cualquier otro sistema de videojuegos.

Pero si se desea, la Switch se puede desacoplar de su base para llevarla donde uno quiera y jugar en cualquier lugar. La batería que incorpora permite jugar con ella hasta cinco horas sin necesidad de volver a cargarla, algo que se puede hacer con cualquier cargador portátil convencional y un cable USB-C, el mismo con el que se cargan los móviles de nueva factura.

Una de las cosas que más llamaron nuestra atención de la nueva Switch fue la precisión de los mandos a la hora de usarlos al estilo de la vieja Wii -boxeamos e incluso ordeñamos vacas-, ya que abre todo un mundo de posibilidades.

Y la guinda del pastel la pone, una vez más, la maestría de Nintendo a la hora de publicar videojuegos cuya adicción y entretenimiento hacen saltar la banca, algo que saben hacer como nadie.

Dos nuevos jugadores han entrado en escena para competir de tú a tú con los dos grandes, la ´Play´ y la Xbox One, y lo han hecho con innovadoras propuestas que ofrecen nuevas -y originales- formas de entretenimiento digital.