Hace meses que Twitter se muestra vulnerable. La red social preferida del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha estancado en los 320 millones de usuarios al mes y la sombra de los trolls se cierne sobre ella.

Mastodon, una nueva red de mensajes cortos, viene dispuesta a cortarle el vuelo al pajarito de Twitter con una comunidad más segura y sin publicidad. Mastodon nace para acoger al usuario que está cansado de Twitter.

Mantiene la interfaz sencilla y el «timeline» cronológico pero trata de ahuyentar a los trolls con más medidas de seguridad. Mastodon también aumenta el límite de 140 caracteres de Twitter a 500 palabras y su comunidad está dividida por temas: «instancias».

El usuario elige la instancia a la que quiere pertenecer y comparte sus aportaciones en comunidades sobre juegos o tecnología, por ejemplo. La instancia general es la más popular: «mastodon.social» cuenta con más de 40.000 usuarios en menos de un mes.

La red del mastodonte avanza a buen ritmo. En Mastodon los tuits se llaman «toots» y los retuits son «boosts» pero lo más interesante son sus herramientas de seguridad. De mano, su estructura descentralizada disuade a los trolls porque no pueden alcanzar todos los usuarios de la red. En cuanto a las publicaciones, en Mastodon se pueden enviar toots públicos, a seguidores o sólo a un usuario. Un modelo que recuerda a las políticas de privacidad de Facebook y no a las de Twitter.

La tuitera Cassandra fue condenada a un año de prisión y siete de inhabilitación por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por sus tuits sobre Carrero Blanco, asesinado por ETA. El último mensaje desafortunado en Twitter lo firmó Lagarder Danciu, un activista rumano, que en referencia a la muerte de la exministra de Defensa, Carme Chacón, escribió: «Se muere la reina de los desahucios, tenía problemas cardíacos, carecía de corazón€».

Ante semejante jauría, Twitter cerró su red a las personas suspendidas por mal comportamiento e implantó «búsquedas seguras»; unas medidas que no terminaron de convencer a los escépticos. En las últimas semanas, la compañía también lanzó Twitter Lite, una versión más ligera de la red para el móvil, y eliminó las menciones visibles en los tuits. Twitter sigue aleteando sus alas pese a que muchos lo ven herido de muerte.