Suena el despertador a las diez de la mañana. Te levantas porque tienes que entrenar durante todo el día. Bajas las escaleras para desayunar y reunirte con el resto del equipo. Primero perfeccionas la jugada de forma individual y después lo hacéis todos juntos. Así empiezan las mañanas de Jorge Cabildo, alias Sánchez, jugador experto del 'LOL' ('League of Legends'), el videojuego que mueve masas. Cabildo lleva cinco años jugando, pero solo uno dedicándose profesionalmente a este deporte electrónico, cuando fue descubierto por el club ASES gracias a su alto posicionamiento en el ranking del juego. Esto ya no es su afición, es su trabajo.

Cabildo es un joven de 20 años vecino de Picanya. Era un estudiante normal, acabó la ESO y comenzó sus estudios en Bachillerato, pero los dejó en el segundo curso, cuando entendió que tenía muchas posibilidades dentro del universo 'gamer' y empezó a recibir ofertas de equipos. Su plan es retomar sus estudios para acabarlos. En Twitter cuenta con 11,3 k seguidores y su perfil está verificado. Actualmente Cabildo juega en el equipo de ASUS España y, aunque esta empresa es más conocida por sus ordenadores, el ASUS Rog Army es uno de los clubes mejor posicionados de la liga nacional del 'LOL'. Además de Cabildo hay otros cuatro miembros de diferentes nacionalidades.

La temporada comienza a finales de agosto, cuando se mudarán a la 'gaming house', situada cerca de Barcelona. Allí viven y entrenan todos los componentes del equipo y los entrenadores, con todos los gastos cubiertos por ASUS incluyendo el servicio de cocina y el de limpieza. Aunque no han conseguido ir a la liga europea -el año pasado se clasificaron a nivel nacional- su próximo objetivo es el torneo de Tenerife, que se disputa dentro de casi dos semanas. Esta semana se celebra en València el 'DreamHack', un festival de competiciones de videojuegos en el recinto Feria Valencia, al que Cabildo asistirá. Dedican más de 30 horas a entrenar en solitario y más de 20 en conjunto. "Por la noche hacemos vida, salimos un rato, vemos series y descansamos. Algunos también aprovechan para continuar entrenando solos", narra Cabildo sobre su rutina. Tras largas horas jugando se les recomienda mirar por la ventana un punto lejano.

Una situación muy diferente se vive en Corea, donde el control sobre los jugadores se multiplica. Para los miembros del equipo SK Telecom T1, uno de los mejores clubes del mundo en el 'LOL', tener una relación amorosa es una recompensa que solo se otorga en caso de ganar una competición prestigiosa como el mundial. El año pasado uno de sus jugadores hizo una retransmisión en directo bajo los efectos del alcohol y su entrenador lo detuvo rápidamente para que no perjudicara a la imagen del equipo. Además, se rumorea que el club no mantiene jugadores mayores de 26 años porque consideran que a esta edad pierden reflejos.

Videojuegos: de hobby a deporte

Los deportes electrónicos son el futuro del sector. Cabildo afirma que los videojuegos están de moda: "lo noto porque cada vez veo más fans, más marcas y más equipos". La alta competitividad está creando pequeños cambios en su rutina, como una dieta que les ayuda a mejorar su rendimiento. "Antes apenas se ganaba dinero con esto, pero esta última temporada he ganado unos 1.000 euros al mes", matiza Cabildo sobre la profesionalización de los videojuegos. También equipos de fútbol y baloncesto se han trasladado a la realidad 'LOL', como el Valencia CF. Las 'gaming house' se extienden por toda España, son la oficina de los jugadores y su rutina es muy estricta. Cabildo comenta: "la 'gaming house' es un centro de trabajo y estamos ahí para eso, por eso nos controlan más. Por ejemplo, si salimos nos preguntan a dónde vamos".

En la liga mundial, conocida como Championship Series, se disputa un premio de un millón de dólares para la primera posición, además de la copa. El Neymar virtual es el coreano Lee "Faker" Sang, que el año pasado firmó un contrato por 2,5 millones de dólares. Los videojuegos ya no son una cosa de 'frikis', la destreza de los jugadores y la pasión de sus seguidores han hecho de los ellos una cultura y una profesión.