Es el primer paso con el que echa a andar la cumbre de la OTAN. Pedro Sánchez recibe al secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en los pabellones de IFEMA. Juntos recorren las instalaciones donde 41 jefes de estado y de gobierno decidirán el futuro de la OTAN. Hasta aquí el Gobierno ha traído “El abrazo”, el cuadro con el que Juan Genovés retrató la reconciliación de la Transición. Pero esta cumbre viene marcada por una guerra en Europa y la necesidad de poner freno a Rusia.

España también quiere que el nuevo concepto estratégico de la Alianza se extienda a las amenazas del sur.

E incluir ahí que el paraguas de la OTAN también proteja a Ceuta y Melilla, que ahora quedan fuera.

Ambos coinciden en que el contexto actual impone la necesidad de fortalecer la OTAN y aumentar el gasto en defensa.

En el marco de la cumbre Sánchez ya ha mantenido encuentros bilaterales con los primeros ministros de Australia y de Nueva Zelanda, a la espera de su reunión esta tarde con el presidente norteamericano, Joe Biden.