Sin suerte y sin fútbol, el Villarreal perdió ante el Athletic en la Cerámica. Deberá mejorar el conjunto de Calleja, que terminó desquiciado, dando una pobre imagen y acumulando desdichas, si desea jugar en Europa la próxima temporada. Ayer no estuvo a la altura, y solo la excepcional actuación de su guardameta Sergio Asenjo le permitió llegar con opciones al minuto 87. Ahí Muniain bajó el telón de una noche triste con el 1-3 definitivo.

El partido se le torció muy pronto al Villarreal, incómodo desde la primera jugada. El Athletic jugó sin referencia en ataque, presionó muy arriba y la variedad de movimientos de Iñaki Williams destrozó a la rígida pareja de centrales amarillos. En el minuto 4, Williams recibió un pase interior de De Marcos, sorteó la salida de Asenjo y, escorado y sobre la línea de cal, picó el centro a la llegada de Iñigo Córdoba desde el lado opuesto. Córdoba cruzó el remate templado con gran precisión.

El desvanecimiento de Fornals se unió al 0-1 para conformar en la Cerámica un paisaje de amplia preocupación. Con el susto en el cuerpo el equipo de Calleja trató de reaccionar. Fue en vano. Fue tibio. Encadenó un par de ataques largos, pero Kepa, el portero visitante, no tuvo más trabajo que el funcionarial. Descolgó algún centro y vio cómo los ataques del Villarreal se difuminaban en los alrededores del área.

El Athletic, que lleva un año de lo más irregular, hizo por contra un primer tiempo de lo más completo. Minimizó daños en defensa, se ordenó con la pelota y aprovechó los espacios en transición. Al cuarto de hora, un centrochut de Susaeta cayó sobre el larguero de Asenjo. El portero del Villarreal sacó un pie providencial a un remate a quemarropa de Raúl García, en el 30, tras otra escaramuza de Williams. Un disparo enroscado de San José, fuera por poco, abrochó el capítulo de los avisos.

Los goles

Tras el descanso, Asenjo siguió a lo suyo, pero solo con Asenjo no fue suficiente. El meta del Villarreal se lució en un doble vuelo a cabezazos de Raúl García y De Marcos. En el 51 le volvió a sacar un punterazo a García, pero ya era demasiado. Williams rebañó el rechace para hacer el 1-2 en una empanada múltiple de Rukavina.

Con el equipo en la lona, aturdido, Asenjo mantuvo el partido en pie con un catálogo de intervenciones. Bacca recortó distancias en una jugada aislada, pero la lesión de Costa, sin cambios disponibles, resultó definitiva.