Que el sector del vino valenciano vive su época dorada es algo que se constata simplemente revisando las principales guías de vino de España y los palmareses de los más prestigiosos concursos de todo el mundo. Las bodegas valencianas exportan a países de los cinco continentes, y en el mercado local las etiquetas «made in Comunitat Valenciana» siguen ganando protagonismo. Esta tendencia «a más» muestra una previsión continuista para este 2015, con un buen número de bodegueros dispuestos a seguir ganando cuota de mercado a base de innovación y apuesta por la calidad.

Entre los productores que afrontan el nuevo año llenos de optimismo destaca bodegas Vegamar. La compañía de Calles ha reinterpretado su proyecto vitivinícola de la mano de Pablo Ossorio, y ya a finales de 2014 presentó en sociedad una nueva colección de vinos jóvenes, fruto de la primera cosecha con el mencionado enólogo al frente. entre las referencias lanzadas al mercado destaca un blanco monovarietal de Merseguera, caldo llamado a reivindicar el potencial de esta uva, eminentemente valenciana y de magnífica adaptación al clima y tipo de suelo de la sub zona del Alto Turia (dentro de la DOP Valencia).

Otras dos bodegas más argumentan en la diferenciación sus propuestas más expresivas. Es el caso de Celler del Roure (en Moixent „DOP Valencia„), donde Pablo Calatayud sigue avanzando en lo referente a la crianza de vinos en tinajas de barro. El blanco Cullerot y los tintos Parotet y Parotet Vermell han generado bastante curiosidad entre los consumidores, y la crítica internacional se ha rendido ante las innegables cualidades de estos vinos. Por su parte, Pepe Mendoza (Bodegas Enrique Mendoza „DOP Alicante„) continúa obteniendo excelentes resultados a partir de su experimentación en los cultivos de vid sobre diferentes tipos de suelo. El tinto de Monastrell Las Quebradas, una de las últimas producciones de la bodega alicantina es uno de los vinos que mejor condensa esta apuesta de los Mendoza.

Éxitos de ventas

Más allá de la apuesta por la diferenciación, las grandes bodegas valencianas seguirán apostando este año por sus gamas de vinos más reconocidas. Es el caso de Bocopa (DOP Alicante), que continúa aumentando su penetración en los mercados con la gama Marina Espumante, compuesta por cuatro referencias (Moscatel, brut, rosado y tinto). Por su parte, bodegas Vicente Gandia sigue ganando nuevos consumidores en todo el mundo con la colección de sparkling wines Sandara, una gama de espumosos de baja graduación que incluyen un blanco, un rosado, un tinto y una sangría premium.

El grupo Coviñas, que este año celebra su cincuenta aniversario, ha decidido reinterpretar su línea de vinos más reconocida en el mercado local, Viña Enterizo, a la que ha eliminado el término «viña» en su denominación y ha rediseñado su imagen externa. Además de estos cambios, la entidad con sede en Requena mantiene su línea ascendente en ventas con la gama Aula, que en 2014 ha logrado las máximas distinciones en los principales concursos de todo el mundo.

Apuestas seguras

2015 también será el año de algunas gamas de vino que condensan el potencial vitícola valenciano. En este sentido destaca Sierra Norte, que en 2014 cerró una gama que reúne tres varietales eminentemente valencianas: Pasión de Bobal, Pasión de Moscatel y Pasión de Monastrell. Del mismo modo, Vinos de La Viña ha encontrado en la gama Juan de Juanes un buen reclamo para el consumidor. Tras ganar el concurso de Cajamar, el «Vendimia de Plata Cabernet Franc» ha estado presente en miles de hogares valencianos estas fiestas navideñas

Por su parte, Bodegas y Viñedos de Utiel apostará en 2015 por la consolidación en el sector de la restauración de la gama Finca El Renegado, después de conseguir que la gama Nodus esté presente en las cartas de los principales restaurantes de la Comunitat Valenciana.

Máxima expresión

Los valencianos también tendrán mucho que decir este año en lo referente a los vinos de alta gama. El Finca Terrerazo (bodega Mustiguillo) ha marcado en rojo un año que debe de servir a la bodega para afianzar sus productos en mercados tan exigentes como el británico, donde la citada referencia logró el año pasado la máxima distinción en los prestigiosos premios Decanter.

Cueva de la Culpa (bodegas Murviedro), elegido mejor vino de España en 2014 por el Magrama, se ha convertido en objeto de deseo para muchos amantes del vino, lo que la bodega aprovecha para introducirse en sectores de consumo hasta ahora menos accesibles para las firmas valencianas. Chozas Carrascal sigue abriéndose camino entre las grandes bodegas españolas a base de vinos vinos que rozan la excelencia como el expresivo tinto Las Ocho.

El cava sigue creciendo

Mención aparte merece, dentro del sector del vino valenciano, el mundo del cava. Los elaboradores de este espumoso de segunda fermentación en botella (cuya elaboración se concentra exclusivamente en el término municipal de Requena) han duplicado su producción en apenas un par de años, y la previsión sigue siendo de un importante crecimiento. Pero más allá del volumen de producción, las bodegas elaboradoras de cava siguen insistiendo en la creación de espumosos de la mayor calidad posible. Unión Vinícola del Este se ha convertido en el mayor productor de cava en la Comunitat Valenciana, pero sigue siendo Lágrima Real (un cava brut nature reserva elaborado con uvas de Chardonnay) su mejor embajador en todo el mundo. Algo parecido sucede con Dominio de la Vega, una bodega que ha conseguido que su DV Brut Reserva Especial „considerado en su momento como mejor cava de España„ se descorche en países de acceso vía monopolio como Canadá, Noruega o Finlandia.

Junto a estas bodegas, Hispano+Suizas seguirá siendo este año un referente para el sector, habida cuenta de que la Asociación Española de Periodistas y Escritores de Vino acaba de elegir al Tantum Ergo Rosé como mejor cava de España, por delante de bodegas de indudable prestigio internacional como Gramona o Agustí Torello.