Si existe un apellido ligado al mundo del vino en el ámbito de la DOP Utiel-Requena ese es el de los Latorre, una saga familiar localizada en el municipio de Venta del Moro que desde mediada la década de los sesenta del pasado siglo XX desarrolla un proyecto vitivinícola argumentado en el respeto por la tradición, el compromiso con el entorno y la búsqueda constante de la mayor calidad posible.

Aunque durante décadas había cultivado sus vides y elaborado sus uvas, José María Latorre decidió, en 1968, dar un paso adelante y, junto a sus tres hijos fundar Latorre Agrovinícola.

Desde ese momento, la compañía comenzó a dibujar una estrategia que, con los años, les llevó a mejorar sus infraestructuras y ampliar su extensión de viñedo. Casi medio siglo después, y bajo la gestión de la tercera y cuarta generación, Latorre Agrovinícola cuenta con alrededor de doscientas hectáreas de viñedo distribuidas entre las fincas Parreño y Casa Garrido, esta última con una centenaria casa solariega en la que los responsables de la bodega realizan catas y otras actividades para profesionales.

Después de años perfilando su colección de vinos, actualmente la bodega venturreña defiende sus caldos con las marcas Parreño (destinada a vinos jóvenes) y Duque de Arcas (para vinos que han tenido contacto con roble). En la primera destacan el blanco joven (Viura y Verdejo), un rosado 100% Bobal y un tinto de Tempranillo y Cabernet Sauvignon.

La línea Duque de Arcas comprende tres referencias distintas: un tinto madurado en barrica elaborado con uvas de Tempranillo y Cabernet Sauvignon, un crianza de Bobal, Tempranillo y Cabernet Sauvignon y el que de momento es referente de la bodega, el Duque de Arcas Solo Bobal, un tinto contraetiquetado y calificado por el Consejo Regulador de la DOP Utiel-Requena como «Bobal Alta Expresión», distinción reservada a un tipo de vino muy concreto producido con uvas de Bobal de unas características muy determinadas.

El Duque de Arcas Solo Bobal se elabora a partir de uvas procedentes de viñedos de casi medio siglo de edad cultivados en la finca Casa Garrido, con una producción de menos de 4.000 kilos por hectárea y una crianza de doce meses en barricas de roble. Es un vino de edición limitada (sólo 8.500 botellas) que destaca por su intensidad aromática y un tacto en boca denso, cálido, persistente y redondo.

Aunque durante los últimos años la compañía ha mejorado sus datos en el ámbito internacional, en la actualidad el 80% de la producción de la bodega se consume en la Comunitat Valenciana, una buena muestra del aprecio de los valencianos hacia los vinos de la familia Latorre.