El mes de agosto es el momento del año en el que el viñedo luce todo su esplendor. Las cepas ponen todo su empeño en producir unos racimos que, tras pasar por bodega, se convertirán en algunos de los caldos que hoy visten las mesas de muchos hogares y restaurantes.

Pero agosto es también, con permiso del calor, uno de los momentos óptimos para decantarse por el enoturismo. Muchas bodegas aprovechan la época estival para potenciar lo referente con las visitas guiadas, como el caso de bodegas Nodus, en Caudete de las Fuentes, que acaba de presentar una amplia colección de propuestas que tienen como protagonista la finca El Renegado y que aúnan naturaleza, gastronomía y cultura del vino, con visitas personalizadas a medida de cada cliente. Algo similar sucede con Dominio de la Vega, en Requena, que ha ampliado su catálogo enoturístico incluyendo maridajes gastronómicos junto a las clásicas visitas al viñedo y bodega.

Otra opción en esta comarca del interior es la que ofrece bodegas Vicente Gandia en su finca Hoya de Cadenas, en el término municipal de Utiel, con propuestas tan originales como la de poder sobrevolar los viñedos abordo de un globo aerostático y brindar en el aire con una copa de cava.

Sin salir de la provincia de Valencia, el enclave de Terres dels Alforins ofrece innumerables propuestas para disfrutar de unos días con unas panorámicas magníficas de la conocida como Toscana Valenciana mientras se disfrutan algunos de los vinos más interesantes de la DOP Valencia, como los de bodegas Los Frailes, que diseña visitas a medida de cada turista.

Otra opción para disfrutar de las magníficas vistas del viñedo en agosto se ubica en Calles (Alto Turia), donde Vegamar ha apostado decididamente por el enoturismo no sólo para dar a conocer sus vinos, sino también para poner en valor un proyecto vinícola basado en el cultivo de viñedos en altura.