El colectivo de viticultores y bodegueros de la provincia de Castellón amparados por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vinos de Castellón comienzan a ver como sus esfuerzos para obtener la calificación oficial de Denominación de Origen empiezan a fructificar después de años con el procedimiento estancado.

Y es que, desde que en 2013 el colectivo entregó en Bruselas toda la documentación necesaria para que la Comunidad Europea aprobase la solicitud nada se había avanzado al respecto, pero durante los últimos meses la empresa Bureau Veritas ha realizado los informes pertinentes que acreditan que tanto el proceso de elaboración como el embotellado se realizan dentro de la provincia, por lo que la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) ya ha comenzado a entregar las acreditaciones a las bodegas, y el colectivo prevé que antes de que finalice el año las doce bodegas que componen la IGP dispongan de la citada certificación.

Así, el colectivo de productores castellonenses retomará la solicitud en 2016, solventando algunos aspectos relacionados con la documentación a aportar al parlamento europeo.

Mientras tanto, los viticultores de la zona continúan en plena campaña de vendimia. Las lluvias registradas durante el año y el calor de la época estival han favorecido la producción, y se prevé un volumen de cosecha al menos un cincuenta por ciento superior a la del pasado año, especialmente corta debido a la sequía.

En la actualidad, la IGP Vinos de Castellón está compuesta por doce bodegas, de las que tres (Barón D´Alba, Les Useres y Flors) están ubicadas en Les Useres, dos (Di Vinos & Viñas y Masía de la Hoya) en Segorbe y el resto en Soneja (bodega Almarós), Villafames (Mayo García), Cabanes (Ildum Vinarius), Azuébar (Vega Palancia), Benlloch (Mas de Rander), Almedijar (bodega Alcovi) y Vall D´Alba (Barranc dels Cirers)