La idea de organizar un congreso gastronómico fue de Rafael García Santos y Gonzalo Antón, éste, propietario del restaurante Zaldiarán (Vitoria). El primero fue en 1984. Se llamaba Congreso Nacional de Alta Cocina de Autor. Años después, la sede se trasladó al Palacio de Congresos Kursaal, inaugurado en 1999. Por un conjunto de circunstancias, G. Santos, abandonó (le hicieron abandonar) la dirección. Conozco las causas. No es el momento de enumerarlas.

Entonces, la organización, el Diario Vasco (Grupo Vocento) le encargó la dirección a Roser Torras, a quien conocía desde mediados los años noventa „ambos íbamos al Congreso de Alta Cocina de Autor, en el Zaldiarán„. Una mujer muy activa, vigorosa y polifacética. Instrumentista de quirófano en la clínica Dexeus de Barcelona y una más que notable cocinera. Y con una enorme capacidad organizativa. Lamentablemente, perdió a su hijo Pau en 2012, a causa de un accidente de moto en la Diagonal de Barcelona. Tenía 25 años y era el responsable de prensa del Congreso.

Este año 2016, del 2 al 5 de octubre, tuvo lugar la XVI edición del Congreso. Fui el único periodista especializado de Valencia invitado por la organización. ¿Por qué? Porque El Diario Vasco conoce de sobra mi trayectoria profesional, y nada de lo que escribe la inmensa nube de gacetilleros que, últimamente, se ha subido al carro del oportunismo y la gorrada sin poseer más conocimientos y experiencia que haber comido (gratis) en este pueblo.

No he dejado de acudir a San Sebastian Gastronomika desde el principio. Sólo me ausenté dos años por graves motivos domésticos. Ferran Adrià me dijo una vez que igual que había congresos de médicos, arquitectos, ingenieros o hortofrutícolas, no había la menor razón para no montar uno gastronómico. Él fue también uno de los inspiradores de esta realidad, copiada posteriormente en Madrid, pero sin el dinamismo y el «feeling» (todos nos conocemos desde hace muchos años) del de San Sebastián.

Por el escenario del Kursaal y de otras salas, impartieron ponencias algunos de los más destacados cocineros del mundo (no hubo ni un valenciano). Conviene subrayar que a este congreso no se va a comer, aunque se coma, sino a recibir clases magistrales y asimilar las novedades y las últimas tendencias de los chefs mundiales.

Estadísticas: 1.526 congresistas de pago; 45 nacionalidades participantes; 150 expositores en la Feria Market; personal trabajando, 410 personas; visitantes Market, 13.071; periodistas acreditados, 450 de todo el mundo; presencias de escuelas y formación, 700 alumnos; 11.000 tweets; 7,6 millones de alcance en Twitter; 522.712 personas de alcance en Facebook; 73.349 interacciones. La ciudad tiene sólo 186.500 habitantes. Ante estos hechos, ¿qué pinta en Valencia la pomposa Academia de Gastronomía de la Comunitat Valenciana? Nada. Es un club de «senyorassos / tibats, lluents i grassos / que ja ho tenen tot fet» (Pere Quart).

Selección breve de los ponentes que más me gustaron: Cüney Asan (turco), Rodrigo de la Calle, Diego Guerrero, Manolo de la Osa, Ángel León, Joan Roca, Eduard Xatruch y Oriol Castro, Zoltán Hamvas (turco), Andoni Luis Aduriz (se burló de la Michelin), Hilario Arbelaitz, Luke Dale-Roberts (Ciudad del Cabo, Sudáfrica), Jock Zonfrillo (Australia) o Josean Alija.