La práctica de aromatizar vinos con plantas, especias y raíces viene de muy antiguo. Se atribuye a Hipócrates de Cos „a quien muchos consideran padre de la medicina„ la elaboración del primer vino aperitivo al macerar artemisa (ajenjo o hierba de San Juan) y otras plantas en vino y miel, por lo que también se le conoce como «vino hipocrático», aunque en el antiguo Egipto ya utilizaban esta planta medicinal con profusión. Mucho más tarde, en el norte de la Península Itálica le pusieron marca y lo comercializaron, mientras que los alemanes le dieron el nombre del ajenjo y lo llamaron «wermut». Los sabores amargos, herbáceos, cítricos y dulces de estos vinos aromatizados producen una combinación única degustados con unos berberechos al natural, boquerones en vinagre, aceitunas rellenas o con un escabeche de mejillones. Este hábito forma parte de la liturgia dominical de muchas poblaciones, donde todavía se practica la costumbre social de tomar el vermut con los amigos antes de ir a comer con la familia los días festivos. Bodegas Cherubino Valsangiacomo es una empresa valenciana de origen suizo que en 1904 comenzó a elaborar y a exportar desde el barrio portuario de El Grao de Valencia el vermut rojo, entre otras especialidades.

Hace cinco años iniciaron el proceso de crianza en barrica del vermut que acaban de sacar al mercado, el Reserva Valsangiacomo, que viene a acompañar a su otra marca para este tipo de bebidas, Vittore. En su composición no puede faltar la flor del ajenjo, ni el díctamo de Creta, que dan los sabores amargos, acompañado de otros ingredientes como la flor del saúco, tomillo, laurel, mejorana, cilantro, regaliz, nuez moscada o cáscara de naranja, hasta completar las veinticuatro especies botánicas de su formulación. El resultado es radicalmente opuesto a los aromas y sabores planos, azucarados y facilones de las marcas de vermut más populares. El Vermut Reserva Valsangiacomo es de color ambarino claro con reflejos anaranjados. Tiene un aroma intenso, que trae en un primer momento el recuerdo de especias dulces, vainilla, con múltiples matices de plantas medicinales y flores secas. En el paladar es sedoso, untuoso, elegante, fresco, con un dulzor presente que no llega a empalagar, armonizando unos amargos suaves y agradables. Por su elegancia no resulta adecuado el golpe de sifón con el que algunos acostumbran aligerar el vermut, ni añadir hielo que agüe este «vino especial», como está clasificado. En coctelería resultan indispensables los ingredientes de buena calidad por lo que el Reserva Valsangiacomo es ideal para elaborar unos elegantes «Negroni» o «Manhattan». En este caso mezclado, no agitado.