Puede que algunos consumidores tengan cierta confusión entre estas dos maneras con las que se denomina a un mismo tipo de vid. Su origen está rodeado de mitos, al ser relacionada con la ciudad persa de Shiraz, conocida como la urbe de la poesía, el vino, las rosas y las luciérnagas; o bien de Siracusa (Sicilia), llevada allí por los fenicios, o quizá en una fecha posterior por los cruzados. En 1999 la Universidad de Davis dejó el tema por zanjado al analizar su ADN y demostrar que, aunque antigua, desciende del cruce de las Dureza y Mondeuse, tipos de vid que pueden encontrarse de manera minoritaria en el sudeste de Francia. En la zona original de los vinos que le han dado fama, como las Côte-Rôtie y Crozes-Hermitage, en el valle del Ródano, no existe la costumbre de mencionar en las etiquetas las varietales de uva con las que están hechos ni de aportar información adicional. Desde que se extendió su cultivo en Australia y Sudáfrica la llaman Shiraz y sus vinos suelen ser de buen cuerpo, con frutas maduras, amables taninos, recuerdo especiado y con buen grado, al proceder de un clima cálido. En cambio, cuando el estilo es más afrancesado, de cuerpo más fino y mayor frescura los productores y comerciantes la escriben como Syrah, pero esto no es una norma fija. Daniel Belda, propietario de Bodegas J. Belda, de Fontanars dels Alforins y una de las firmas emblemáticas de la DOP Valencia, ha presentado hace unas semanas un nuevo tinto, La Fenasosa, un Shiraz de añada, con tres meses en barrica y sin sulfitos añadidos, todo un reto. Las uvas proceden de un viñedo ecológico del término de Bocairent, en la cabecera del río Vinalopó, dentro del Parque Natural de la Serra Mariola y fueron vendimiadas a mano en su punto óptimo de sazón durante la segunda semana de octubre. Como hace con otras varietales, Belda trasladó al campo una despalilladora que iba quitando el raspón a los racimos conforme los iban recogiendo y pasaban a un depósito colocado sobre el remolque de un camión, donde cada tanda era cubierta con nieve carbónica para mantener fresca la fruta. Una vez en bodega, continuaba la maceración con los granos apenas rotos, seguida de la fermentación espontánea con sus levaduras silvestres. Realiza la maloláctica y el vino pasa tres meses por barrica. Y todo el proceso sin sulfitos añadidos, será interesante ver cómo va evolucionando. Este Fenasosa Shiraz 2016 es de color rojo picota de capa alta y ribete de tonos amoratados, su aroma es intenso, con una exuberante presencia de frutos rojos y negros maduros con recuerdos florales a violetas. En boca es de entrada fácil, cuerpo ligero, suaves taninos, con gran sensación frutal y sutiles apuntes especiados. Un interesante Shiraz para tomar al aire libre en el aperitivo o de chateo.