Chozas Carrascal se ha labrado a base de esfuerzo y trabajo bien hecho una buena reputación en el contexto del mundo del vino. La bodega es la culminación del sueño de la familia López Peidro, que a principios de la década de los noventa decidió emprender una apasionante aventura ligada con la calidad, pero también con la innovación y el respeto por el entorno y las tradiciones de la zona.

Al margen de la producción de vinos y cavas de calidad (la bodega elabora para tres denominaciones de origen diferentes: Utiel-Requena, Cava y la suya propia -Pago Chozas Carrascal-), la compañía ha desarrollado un interesante proyecto enoturístico en el que la familia juega un papel determinante, ya que son habitualmente los propietarios quienes se encargan de realizar la visita tanto a los viñedos como a las áreas de elaboración y crianza. En los últimos años Chozas Carrascal ha afrontado diversas inversiones para dotar sus instalaciones de zonas recreativas que sirviesen para que la visita fuese algo inolvidable.

Así, desde hace algunos años la bodega cuenta con un peculiar museo -ubicado en un edificio de nueva construcción con unas impresionantes vistas sobre los viñedos que rodean la finca- en el que se muestran decenas de miles de etiquetas de vinos de la mayoría de denominaciones y zonas productoras de todo el mundo.

Pero sin duda, el gran reclamo es poder descubrir en primera persona cuál es el origen de algunos de los mejores vinos y cavas de autor que se elaboran en toda España. La visita comienza en el museo de etiquetas, desde donde se puede contemplar la belleza del paisaje. A continuación se realiza un recorrido por los viñedos ecológicos que rodean el edificio. Nuevamente en bodega se visitan las salas de fermentación con depósitos de acero inoxidable y hormigón; para posteriormente acceder a la sala de barricas, donde se guardan los vinos más personales de la bodega. El pasadizo de crianza en botella y las cavas donde maduran los espumosos dan paso al acceso a los jardines y la antigua bodega, construida en 1870, donde concluye la visita con una degustación y cata de los vinos y cavas de Chozas Carrascal.