Existe una nueva corriente de elaboradores que han vuelto a trabajar o están realizado experiencias con vinificaciones en ánforas y tinajas de barro. Durante siglos se utilizaron tanto para la fermentación como para el almacenamiento de vinos hasta que se generalizaron los depósitos de hormigón, de mayor capacidad y sin peligro de ruptura. Más tarde éstos fueron a su vez sustituidos por el acero inoxidable, muy versátiles y fáciles de limpiar.

El bodeguero Félix Martínez Roda, director técnico y gerente de Bodegas Vera de Estenas, ha basado su producción en las uvas de Bobal de cepas octogenarias plantadas en vaso en la Finca Casa Don Ángel, en el término municipal de Utiel. La utilizan en su afamado vino de guarda Casa Don Ángel, así como en coupages con otras varietales y en su interesante rosado. Ahora acaba de presentar «El Bobal de Estenas», un tinto que ha querido elaborar a la antigua usanza. Para ello ha utilizado un antiguo depósito de hormigón, donde ha fermentado el mosto. Con posterioridad el vino se ha estabilizado y ha permanecido cuatro meses en una tinaja tradicional de sesenta arrobas de capacidad, el equivalente a 950 litros, de las que se empleaban en la zona hasta principios del siglo XX. El vino está hecho sin utilizar ningún aditivo enológico, ni ningún tipo de maderas, solo el imprescindible sulfuroso para la asepsia del utillaje; y con una única licencia enológica actual, como ha sido el empleo de unas placas enfriadoras para el control de temperatura durante la fermentación.

«En la tinaja», nos comenta Félix, «hay una micro oxigenación natural, no forzada, debido a la porosidad del barro. Realmente se produce una auténtica crianza, con un afinamiento en el que se pulen aristas, se integra la acidez, se redondean los taninos y, al igual que ocurre en las barricas, hay algo de concentración». Con ello se busca que el vino madure, pero sin enmascarar los aromas primarios, el auténtico carácter de esta varietal mediterránea, que no se encuentra prácticamente en ningún otro lugar, que caracteriza a su tierra con unos vinos singulares, con carácter propio. «El Bobal de Estenas 2016» es un vino de añada que ahora es joven y que evolucionará a lo largo de los próximos meses. Es de color granate de capa media, el ribete conserva tonalidades amoratadas. Aroma de buena intensidad, con gran presencia de frutas negras frescas (ciruelas), toques herbáceos y florales (violetas), con sensaciones minerales. Es de cuerpo ligero, fresco, con equilibrada acidez, vivo, con taninos por pulir con un poco de botella, con el carácter auténtico, algo rústico, que tiene esta varietal en su esencia. Un tinto para consumir ahora y a lo largo de un año, pero el Bobal aguanta el tipo muy bien ante el paso del tiempo.