Los de Bodegas Hispano+Suizas pensaron que hacía falta y era el momento adecuado para elaborar un vino rosado de alta gama y se pusieron manos a la obra hace unas campañas. Para conseguir el delicado color deseado, nada mejor que las uvas de la variedad Pinot Noir de su propiedad que trabajan en alta densidad a 750 metros de altitud en el altiplano valenciano, dentro del término municipal de Requena. La Pinot Noir es una varietal difícil de cultivar, pero a la que le tienen cogido el pulso al elaborar íntegramente con ella el cava Tantum Ergo Brut Nature, el tinto Bassus y el Bassus Rosado Dulce. Esta es la tercera añada del Impromptu Rosé, un vino contraetiquetado con el sello de la Denominación de Origen Protegida Valencia que por el momento completa la gama Impromptu con la que se comercializaba hasta ese momento solamente un blanco de Sauvignon Blanc.

Llovió en septiembre de 2016 y, extremadamente sensible como es a las variaciones de la meteorología, la Pinot acusó la falta de grado pero dio una acidez excelente, nos comenta Rafa Navarro, el experto en viticultura. Realizan varias vendimias con diferente grado de maduración, siempre en cajas de 15 kilos que introducen en una cámara a -10ºC durante tres días. Despalillan, estrujan y maceran durante apenas dos horas a 0º. Se prensa esta pasta, el mosto decanta para que esté perfectamente limpio y se lleva a fermentar en barricas de 400 litros con control de temperatura. Una vez finalizada la fermentación se mantiene sobre lías unos cuatro meses hasta su embotellado. Un proceso complejo en el que el enólogo Pablo Ossorio pone su empeño para que sea un rosado diferente, «que tuviera el cuerpo de un tinto y el alma de un blanco», nos comenta, que aguante bien el paso del tiempo, por lo que le dota de cuerpo y consistencia con la fermentación en barrica y el trabajo con sus lías finas, para que no decaiga al cabo de unos meses. Después ven recompensado su esfuerzo al ser considerado por ocho concursos nacionales como el mejor vino rosado de España. Llama la atención que la botella no sea transparente, lo más habitual en un rosado, cuyo color ya es en sí un reclamo, sino que el vidrio es de color verde para protegerlo de la luz, al ser un vino pensado para que tenga más vida por delante que la mayoría de ellos.

El Impromptu Rosé 2016 tiene un distinguido color asalmonado muy pálido. Aroma intenso a frutillos rojos, con evocación floral a rosas y violetas, sobre un ligero fondo de vainilla. En el paladar tiene una entrada espectacular, muy fresco, con una magnífica acidez y gran volumen, sedoso, con sensación salina, sabroso y persistente. Una delicia de rosado, original y meritorio, para un público cosmopolita, exigente y entendido.