El enólogo Daniel Belda es una de las figuras más relevantes en el resurgir vitivinícola de la zona de Alforins. Desde hace casi tres décadas, Belda ha trabajado a pie de viña para reconvertir sus viñedos, introduciendo algunos varietales foráneos que han tenido una notable adaptación en la zona y dignificando otras uvas típicas de la zona como la Verdil, la Monastrell o la Garnacha Tintorera.

Belda tomó las riendas del negocio familiar fundado por su abuelo a principio de la década de los años treinta en 1990. Desde el primer momento, Dani se desmarcó del resto de productores apostando por vinos sinceros, con personalidad propia y fieles al carácter que imprime un terruño que parecía creado para el viñedo. en esos primeros años la bodega familiar comenzó a diseñar una colección de etiquetas que forman parte de la memoria vinícola de los valencianos, con referencias como el blanco Verdil (el primer vino que se embotella cada año en el hemisferio norte), los tintos 85 Anys, ca Belda o Heretat de Belda y vinos de vocación internacional como el Migjorn.

Este mismo año, la bodega de Fontanars dels Alforins ha dado un nuevo giro de tuerca a su proyecto con el lanzamiento de dos nuevos vinos tintos: Daniel Belda Crianza y Rouge de Belda Crianza. El primero está elaborado a partir del coupage de tres uvas tradicionales en la zona (Monastrell, Garnacha Tintorera y Tempranillo) que descansa ocho meses en barricas de roble. Por su parte, Rouge de Belda es un vino protagonizado por uvas de origen francés (Merlot, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir) con una crianza en barricas de roble francés.

Estos dos nuevos vinos, que ya están disponibles en los habituales puntos de venta de la bodega, trazan la nueva realidad de un proyecto que tiene su origen en el respeto al terruño y el viñedo y que se moldea a partir del trabajo que realiza Daniel Belda, sinónimo de crianza valenciano.