La industria vinícola española reúne sobradamente todas las condiciones para incrementar el consumo de vino en el mercado interior, pero se muestra incapaz de superar lo que aparenta ser el último escollo que le resta por salvar: la comunicación del producto.

El déficit de comunicación se agudiza a la hora de relacionarse con los consumidores más jóvenes, lo que convierte al vino en un producto poco competitivo en el mercado interior en comparación con un mayor empuje mediático de otras bebidas envasadas, en especial la cerveza. España es un paraíso enológico con una industria vinícola de gran potencial que presenta el inconveniente de que se ha estancado en lo relativo a la divulgación. Toda una paradoja: nunca se ha hablado tanto del vino en los medios y, sin embargo, nunca se ha consumido tan poco.

Así se pone de manifiesto en el libro «La comunicación del Vino» que ha escrito el periodista Rodolfo Castro y que acaba de ponerse a la venta. En él se analiza el impacto que las denominaciones de origen, las bodegas y sus marcas alcanzan en la prensa de papel y en los canales digitales. El prólogo es obra del director de El Norte de Castilla, Carlos Aganzo, y el epílogo del fundador de la Guía Peñín, José Peñín.