El mundo del cooperativismo ha lastrado tradicionalmente una inmerecida fama de producir -el menos en el sector vitivinícola- vinos con poca personalidad, razonablemente buenos pero poco reconocibles.

La cooperativa Vinos de la Viña -ubicada en el municipio valenciano de La Font de la Figuera- es uno de los más claros ejemplos de que esa creencia está alejada de la realidad. Con casi tres cuartos de siglo de trayectoria vinícola, La Viña es una de las compañías mejor valoradas por los consumidores -no sólo en el ámbito nacional, también fuera de nuestras fronteras- y sus vinos están presentes en medio mundo. Integrada en el conglomerado de cooperativas que conforman Anecoop, La Viña se ha situado entre las grandes bodegas a nivel internacional -junto con el resto de sellos de Anecoop figura entre las 30 mejores bodegas del mundo según la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores del Vino (WAWWJ)- y sus vinos se codean con los mejores (hace apenas unos días el tinto Venta del Puerto Nº 18 ha sido elegido mejor vino de Valencia en los Mundus Vini de Alemania).

Pero a pesar de su dilatada trayectoria, ha sido durante la última década cuando La Viña ha conquistado sus logros más destacados. Bajo la gerencia de José Agustín Martínez y con Jorge Caus como director técnico, la bodega ha diseñado un complejo sistema de liquidaciones para pagar a sus socios las cosechas de las más de 3.200 hectáreas que cultivan en la zona, lo que ha servido en la práctica para que los viticultores hayan duplicado sus ingresos en este sentido.

El nuevo sistema incentiva aquellas partidas de uva con mejor grado baumé, pero también tiene en cuenta otros aspectos relacionados con la calidad de la uva, tipo de varietal o el Ph del fruto. De este modo los técnicos han logrado una selección más precisa de la materia prima, lo que se ha reflejado también en la calidad de los vinos producidos en sus instalaciones, cuyas ventas se han triplicado en apenas una década, pasando de los poco más de cuatro millones de botellas en la campaña 07/08 a los casi trece millones en la 16/17. En este tiempo Vinos de La Viña ha tenido que realizar importantes inversiones en sus instalaciones, sobre todo en la planta de embotellado.

Para José Agustín Martínez, «nuestro objetivo siempre ha sido convertirnos en una referencia dentro del sector manteniendo los valores propios de una cooperativa: respeto, equidad y honestidad». Para el gerente ha sido clave «diseñar una estrategia clara para reforzar nuestra imagen de marca y aumentar la rentabilidad de nuestros productos, lo que ha servido para que los casi trescientos viticultores que forman parte de la entidad vean reflejado su esfuerzo y su compromiso cada campaña».

Aunque sus vinos más reconocidos (Venta del Puerto e Icono) se comercializan en el canal Horeca, la compañía comercializa entre el 80 y 90% de su producción en el canal de alimentación, con más de 50 marcas adaptadas a cada perfil de cliente. Por destinos, España «absorbe» el 25% de la producción, y el resto se reparte entre más de 35 países, siendo Rusia y China sus principales clientes.

Pero el plan estratégico va más allá, y los objetivos a medio plazo pasan por seguir aumentando las ventas a la vez que se apuesta por vinos de altas prestaciones, como es el caso de ´Los Escribanos´, un tinto hecho con uvas de Monastrell y Garnacha Tintorera procedentes de los viñedos más viejos de la zona que antes de salir al mercado ya cuenta con el aval de los 91 puntos que le ha otorgado el influyente Robert Parker.