Con un siglo de historia a sus espaldas, bodegas Reymos es fiel reflejo del afán de superación del sector agrario chestano, municipio en el que sus agricultores han sabido reinventarse generación tras generación hasta convertirse en los ´reyes´ del Moscatel.

En sus orígenes, la cooperativa de Cheste basaba su desarrollo en cultivos de regadío. Algunos socios también cultivaban viñedos, pero la rentabilidad empujaba a muchos a modificar sus plantaciones. En Cheste se producían buenos vinos de Malvasía, Merseguera y Planta Nova, pero el cultivo de la Moscatel todavía no se había asentado en la zona.

Las severas épocas de sequía de finales del pasado siglo XX activaron la alarma entre los socios de la cooperativa -en ese momento, tras diversas fusiones y absorciones, con un alto número de agricultores-, que veían como los cítricos y otros cultivos de regadío perdían productividad. De manera paralela se habían venido realizando ensayos de campo con el objetivo de aislar un clon de Moscatel que resultase productivo manteniendo intactas todas sus cualidades pese a la escasez de agua. Los agricultores optaron por iniciarse en el cultivo de esta uva de la que tan bien hablaban los que ya la estaban trabajando, y en tiempo record el viñedo comenzó a dominar el paisaje de la zona.

Los técnicos de la bodega tenían una buena uva, pero con poca salida. El consumo de mistelas-entonces destino habitual de las uvas de Moscatel- no maneja las cifras de los vinos convencionales, y ante el aumento de las cosechas urgía buscar nuevas soluciones para mejorar el valor añadido del vino.

Y surgió la posibilidad de elaborar vinos espumosos, un terreno en ese momento aún por descubrir. Nacía así Reymos, un espumoso natural hecho exclusivamente con uvas de Moscatel. Fernando Tarín, enólogo de la entidad, fue el responsable del proyecto. La primera versión no salió todo lo bien que se esperaba, y el consumidor asociaba la nueva bebida más a una mistela con burbujas (por su dulzor) que a un espumoso. En sus siguientes elaboraciones fue ajustando los parámetros de azúcar y acidez hasta dar con una ecuación que ha llevado a Bodegas Reymos a posicionarse como el principal productor de Moscatel de España.

En la actualidad Reymos tiene una producción de más de 17 millones de kilos de uva de Moscatel. El crecimiento en ventas de vino embotellado no ha dejado de crecer en la última década, y este último ejercicio han comercializado 7 millones de botellas, con una previsión de superar los 12 millones en 2023. Sus productos (espumosos y vinos de aguja de tipo ´moscato´) se consumen en más de 25 países (en algunos, como Lituania, han llegado a ser nº 1 en ventas), y en el ámbito nacional están presentes en 40 provincias, en algunas con un consumo superior al de Valencia (su mercado natural).

La entidad está agrupada dentro de Anecoop, sociedad de la que fue fundadora y con la que ha logrado una expansión internacional sólida y fructífera dirigiéndose a consumidores de perfil joven y desenfadado que buscan vinos frescos, alegres y divertidos. Como los vinos de Reymos, de un tiempo a esta parte los ´REYes del MOScatel´.