Aunque ahora todo parece sacado de una típica película americana de esas que siempre acaban bien, lo cierto es que la última década ha sido especialmente agitada para los Arráez, una saga de vinateros asentada en La Font de la Figuera cuya tercera generación (representada por el enólogo Toni Arráez) ha logrado impulsar una compañía que hacía aguas por todos sus costados.

Toni, formado en la Escuela de Viticultura y Enología de Requena, tomó el testigo de su padre en 2010 con el objetivo de reposicionarse en el mercado. Comenzó dándole un «lavado de cara» a sus etiquetas para, enseguida, comenzar el desarrollo de su colección de vinos ´canallas´ (Mala Vida, Vivir sin Dormir, Bala Perdida, Vividor o Hu-Ha). Una puesta en escena más que llamativa, unos vinos razonablemente buenos y una relación calidad-precio por encima de la media fueron argumentos para hacerse un sitio en el mercado y adquirir la solidez necesaria para afrontar nuevos retos.

Mientras el sector vinícola ponía el foco en la imagen de marca y etiquetado de los nuevos vinos de Arráez, Toni se recorrió los viñedos del Valle de Alforins en busca de parcelas ganadas al monte de viejos viñedos de varietales autóctonos. Con esas uvas la bodega presenta ahora la colección ´Los Arráez´, compuesta inicialmente por un blanco de Verdil criado sobre sus lías, un tinto de Monastrell y Cabernet Sauvignon con 12 meses de crianza en roble y otro tinto de Monastrell, Garnacha Tintorera y Cabernet Sauvignon con 18 meses de crianza.

El primero es una apuesta por las uvas autóctonas (en este caso la blanca Verdil), el segundo un guiño a la tradición familiar (mantiene el nombre de uno de los iconos de la bodega -Lagares- y mantiene su perfil más clásico) y el tercero un compromiso con el terruño que se elabora con una selección de las mejores parcelas que controlan en la zona. Son producciones limitadas (7.000 botellas en el caso de Verdil y Parcela 0 y 14.000 en el caso de Lagares) con una imagen externa en la línea del estilo propio de la bodega cuyos primeros pedidos ya han salido al mercado con una magnífica aceptación tanto por los profesionales del sector como por el consumidor final.

Con el lanzamiento de la gama ´Los Arráez´ Toni muestra su lado más serio y consolida un proyecto que espera completar en un par de años con la construcción de su nueva bodega. Mientras, el enólogo sigue emocionándose por poder trabajar «con las mismas uvas que ya cultivaban mis abuelos».