Tus cenas deben ser ligeras, pero esto no quiere decir que debas pasar hambre. El truco está en llegar a la cena con un apetito moderado. Y eso se consigue si previamente le has dado al cuerpo, a sus horas, los nutrientes adecuados. La sensación de hambre es una señal de alarma que envía tu cerebro porque se ve desprovisto de materia prima para hacer sus funciones. No comas por comer, come inteligentemente.

Al dormir, nuestro organismo deja de consumir energía, estamos en reposo y si nos atiborramos a calorías antes de acostarnos, al no quemarlas, las almacenamos en forma de grasa. Y esto además de estropearnos el físico, ¡no es nada sano!

Antes de llegar a la cena (recuerda que hay que hacer cinco comidas al día) habrás hecho cuatro tomas que debes gestionar muy sabiamente. Aprovecha estas ingestas para elevar el número de nutrientes en tu organismo y evitar que tu cuerpo entre en crisis (hambre voraz) .

Desayuno

Nada de irse con un café y ya. Tómate tu tiempo para preparar un desayuno de Rey. Lo ideal son los cereales crudos (muesli, siempre sin azúcar) con un poquito de leche de avena, soja o almendras con trocitos de fruta y frutos secos (nueces, por ejemplo). Puedes tomar una tostada con aceite crudo de oliva virgen extra o de primera presión en frío, y acompañarla con una lonchita de jamón york o de pavo, salmón o caballa, e incluso con un huevo pasado por agua... Todo esto lo puede acompañar con un zumito de naranja y/o un té.

Media mañana

El día que pruebes un zumo detox con un par de cápsulas de espirulina y semillas de chía, te sorprenderás por lo calmado que llegas a la comida. Regula increíblemente el apetito y es 100% saludable.

Comida

Toma proteína (carne, pescado a la plancha) o legumbres o hidratos (pasta, arroz), acompañado siempre de una ensalada generosa con vegetales crudos (todo lo grande que quieras). Olvídate de las frituras, son pesadísimas y no aportan nutrientes, solo toxicidad a tu organismo.

Media tarde

Todo tipo de fruta. Puedes repetir el experimento de zumo detox que recomiendo con espirulina. Puedes tomar frutos secos crudos y también frutas pasas. Incluso un vaso de leche de soja, avena o arroz con un par de galletitas integrales.

Cena

¡Momento clave! Si has nutrido correctamente tu cuerpo durante el día, estarás tranquilo y podrás hacer una cena ligera basada en: verduras a la plancha o ligeramente cocidas, ensalada cruda (sé original y echa bastantes ingredientes, nada de lechuga y tomate) con tortilla de piñones o sopa de fideos de avena, huevo escalfado o pechuga de pavo/pollo a la plancha o pescado. Procura no tomar pan.

Ya sabes, hay tres frases hechas muy reales: Desayuno de reyes, comida de príncipes y cena de mendigos y La comida reposada y la cena paseada. Y no olvides que De grandes cenas están las sepulturas llenas.