Feijóo de campaña electoral en Valencia

Patricio Simó

Patricio Simó

El líder del PP Alberto Núñez Feijóo ha estado en Valencia, la última vez que estuvo vino de incógnito,  para reunirse con los empresarios y anunciar un plan de 12.000 millones de euros denominado “Plan Valencia” que se implementaría en un plazo de diez años, es decir, dos legislaturas y media. Dijo, además, que lo aprobaría en el Senado donde el PP tiene mayoría absoluta. El problema es que estas cosas se aprueban en el Congreso de los Diputados y no en el Senado. El Gobierno central sí que ha anunciado un paquete de ayudas por valor de 16.000 millones de euros para las poblaciones afectadas por la dana.

Como en todos los anuncios grandilocuentes del PP, falta concreción económica y, sobre todo, visos de realidad porque este es un anuncio inviable y poco creíble. El PP debería estar más en otras cosas más prácticas como, por ejemplo, colaborando para que la coordinación entre todas las administraciones funcione para que el dinero llegue cuanto antes a los afectados. Y no vendiendo humo.

Núñez Feijóo ha iniciado en Valencia su particular campaña electoral, ya sabemos que no es presidente porque no quiso, y este anuncio no es más que un brindis al sol, en un momento en que el PP está en caída libre en la Comunidad Valenciana por la mala gestión de la dana.

Feijóo en lugar de anunciar planes inviables debería convocar con carácter urgente una gestora para destituir a Carlos Mazón al frente de la Generalitat y nombrar un candidato alternativo, en lugar de recibirle con falsas ovaciones.

Lo del otro día en la cumbre de presidentes autonómicos, ovacionando al líder “noqueado” fue un insulto a todas las víctimas de la tragedia y a los miles de afectados que lo han perdido todo.

El PP debería hacerse mirar estos actos después de todo lo ocurrido. Con un balance de 224 víctimas mortales, tres desaparecidos y más de 20.000 millones de euros en pérdidas económicas, no hay nada que aplaudir y celebrar y mucho que criticar y depurar. Pero esto en los partidos políticos y hablo de todos en general es imposible porque todos actúan desde el corporativismo más absoluto, defendiendo lo indefendible.

La responsabilidad política; la penal, si la hubiera corresponderá dirimirla a los tribunales de Justicia,  de Carlos Mazón sigue sin haberse asumido. La remodelación del Consell con la salida de dos consejeras es insuficiente. La responsabilidad apunta más arriba y afecta directamente al presidente de la Generalitat que el día 29 de octubre hizo dejación de sus funciones, con el consiguiente resultado trágico que todos conocemos.

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