Sánchez ve ahora normal no presentar los PGE

Patricio Simó

Patricio Simó

Pedro Sánchez se pasa por el forro la obligación constitucional de presentar los PGE y con la bancada socialista aplaudiendo a rabiar los cambios de opinión del presidente Sánchez que un día dice una cosa y al día siguiente la contraria y no pasa nada. La amnistía era inconstitucional hasta que dejó de serlo por siete votos, los que necesitaba Sánchez para continuar en La Moncloa. Criticaron con dureza que el CGPJ estuviera cinco años sin renovarse, incumpliendo un mandato constitucional y no le duelen prendas hacerlo ahora con los PGE.

Es evidente que el Gobierno no cuenta con los apoyos suficientes para sacar adelante los PGE ni ninguna otra ley. Sánchez no puede permitirse otra derrota parlamentaria. La pinza Junts, PNV, Vox y PP ha tumbado varias leyes.

Sánchez no presentará los PGE, como es su obligación, y los prorrogará. No importa, si cuando era jefe de la oposición le exigía a Rajoy que se sometiera a cuestión de confianza o convocara elecciones “porque un Gobierno sin cuentas es tan útil como un coche sin gasolina”. Seguramente ahora desde el Falcón, lo ve de otra manera.

El Gobierno no cuenta con el apoyo de los socios de investidura que le ayudaron a ganar la moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy.

Sánchez ha perdido la confianza de la Cámara. Las discrepancias dentro del seno del Gobierno son cada vez más evidentes. Ni en la tramitación de una ley como el SMI se ponen de acuerdo sobre si los perceptores del SMI deben tributar o no en el IRPF. En el gasto en Defensa, ya ni les cuento.

Aún sin esos apoyos, Sánchez se resiste a convocar elecciones o a someterse a una cuestión de confianza, que es lo que corresponde hacer en una democracia parlamentaria cuando se pierden los apoyos. Pero Sánchez está dispuesto a gobernar con apoyo o sin él. En su manual de resistencia cabe de todo hasta resistir sin el aval del legislativo que es lo más parecido a una autocracia.

Estamos viendo con cierta normalidad cosas que no lo son. Sánchez tiene la obligación constitucional de presentar los PGE y si no lo hace estará incumpliéndola por mucho que sus ministros con Bolaños a la cabeza traten de enmendarle la plana.

La única voz discordante en el socialismo español sigue siendo el presidente castellano manchego, Emiliano García- Page porque Sánchez cuenta con el apoyo de todo el partido. Ningún otro presidente o secretario general ha conseguido aglutinar tanto poder.

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