¿Quién no ha soñado con perderse en una isla paradisíaca y sentirse un auténtico Robinson Crusoe durante al menos unos días? Seguramente muchos lo hemos pensado más de una vez y ahora, en época de vacaciones, es el momento ideal para desconectar de los largos horarios de trabajo y de la rítmica y ruidosa vida de la ciudad.

A Álvaro Cerezo la pasión por descubrir islas desiertas y disfrutar de la soledad que proporcionan le llegó siendo muy pequeño. Por ello, después de buscar por inernet empresas que ofrecieran este tipo de vacaciones y no tener éxito alguno, en 2010 decidió crear Docastaway, la primera empresa de viajes especializada en vacaciones y experiencias en islas desiertas. Él y su equipo exploran los rincones tropicales más remotos e inhóspitos del planeta para ofrecer a los clientes escapar de la civilización y experimentar el aislamiento extremo en archipiélagos tropicales de todo el mundo.

La experiencia con Docastaway se puede vivir de dos maneras distintas, aunque en ambos casos el cliente está alejado de la civilización. Álvaro Cerezo explica: «La primera opción es el Modo Aventura, destinado a aquellos más atrevidos que desean experimentar vivencias más intensas. Estos intrépidos aventureros tendrán que estar preparados para vivir un tipo de experiencia cuasi-náufrago en algunas de nuestras playas más vírgenes». Pero como no todos quieren perder ciertos niveles de comodidad, existe la opción Modo Confort. «Pensada en los amantes de las islas desiertas que quieran disfrutar al máximo de ellas y descansar de sus esperadas vacaciones en preciosas casas y villas».

Para Docastaway, la tarea más difícil es encontrar nuevas islas desiertas que no estén frecuentadas por pescadores locales. Cerezo mantiene: «Nuestros náufragos requieren estar 100% solos, por ello el nivel de aislamiento es esencial». Antes de enviar a un cliente a una nueva isla, él mismo la prueba personalmente, pero afirma: «Solo una de cada 10 pasa la prueba de no tener influencia civilizada».

Las islas que alquila Docastaway se encuentran en Indonesia, Filipinas, Oceanía, Polinesia y Centroamérica, Estos archpiélagos se caracterizan por ser atractivas islas vírgenes que se comercializan con nombres ficticios para protegerlas de posibles explotaciones y asegurar el aislamiento de sus clientes.

Las personas que más demandan estos servicios provienen de Estados Unidos, seguidos por los británicos, holandeses y suizos, «Aunque también ha habido clientes españoles», añade Cerezo. La mayoría de los clientes de Docastaway son de clase media y suelen estar aislados entre siete y diez días. Álvaro explica: «Para los que no tienen muchos días de vacaciones recomendamos las islas más próximas a la costa, requieren menos tiempo para llegar y son mucho más baratas».

La aventura de vivir por unos días en un lugar perdido en el océano donde no existe el tiempo se puede vivir tanto en solitario como en pareja o grupo, «El 50% de nuestros náufragos van en solitario, el 40% en pareja y el restante son tres o más personas», expone Álvaro.

Pero, ¿para afrontar esta aventura hace falta ser un viajero experimentado y conocer al menos alguna técnica de supervivencia? La respuesta es no, pues cada uno puede planificarse la experiencia como lo prefiera. Álvaro expone: «Saber de supervivencia no es estrictamente necesario, una persona puede llevarse la comida y el agua y disfrutar de un simple cámping en tu propia isla desierta o, por el contrario, aprender a sobrevivir y subsistir a base de lo que ya hay en la isla».

La seguridad es fundamental para afrontar esta aventura, ya que en determinados casos se pueden vivir situaciones extremas. Por ello, el equipo de Docastaway siempre permanece en el pueblo, ciudad o isla más cercana al cliente para ir al rescate en caso de emergencia. Además, el náufrago siempre tendrá un telefono, walky-talkie o satelite y podra contactar con ellos las 24 horas del día. A futuros clientes, Álvaro Cerezo les recomienda: «No esperéis una aventura al estilo Robison Crusoe, en una isla desierta no pasan tantas cosas. El elegir este tipo de vacaciones tiene que ver más con el hecho de escapar de la vida que llevas».

Respecto al equipaje, no existe un límite. La supervivencia es optativa y, por ello, cada uno elige lo que quiere llevarse a una isla desierta.

Para Álvaro Cerezo, una de las historias más interesantes que ha vivido con Docastaway fue en 2013, cuando una chica contactó con él contándole que a su padre le habían dado dos meses de vida a causa de un problema de corazón. Ella le pidió que fuese cuanto antes y en la primera isla que estuviese disponible, ya que su deseo era vivir junto a él uno de los sueños de su padre, que era convertirse en náufrago. Cerezo añade: «Nunca me atreví a preguntar qué pasó a la vuelta».

Las sensaciones que te puede dejar este tipo de aventura son infinitas. Para muchos esta experiencia se ha convertido en la mejor de sus vidas. Álvaro reflexiona: «Cuando pasa un tiempo y lo recuerdas desde la distancia, es cuando aprendes a valorar mejor las comodidades que tenemos en la vida diaria. Muchas veces no somos conscientes de lo maravilloso que es tener agua con solo abrir un grifo o disfrutar de la luz pulsando un botón».Pero no solo eso, a muchas personas esta vivencia les ha ayudado a transformar las relaciones con el resto, como a una chica japonesa que estuvo sola en una isla durante diecinueve días. «Al tiempo de finalizar su estancia», recuerda Álvaro, «nos contó que a raíz de su experiencia cambió su timidez y se hizo una persona muy social».