Alpuente constituye uno de los municipios más señeros de la comarca de La Serranía, al noroeste de la provincia de Valencia, y cercano al límite con la provincia de Teruel. Con una extensión de unas 13.000 hectáreas, su paisaje abrupto, no en vano se ubica al sur de la sierra de Javalambre, conforma un entorno natural de gran belleza.

Su imagen urbana está dominada por la imponente mole de su castillo, que constituye uno de los exponentes más destacados de su rico patrimonio cultural. Para disfrutar de una vista incomparable de su casi entero término municipal, se recomienda acceder a la loma de San Cristóbal donde, sobre el casco urbano de la villa, se emplaza el Mirador de la Veleta o San Cristóbal. Otra visión espectacular se obtiene desde el Mirador de la Bomba, situado frente al casco urbano de Alpuente y al que se accede por el camino que discurre desde la aldea de Las Eras a Los Gamellones. El Ayuntamiento ofrece una ruta guiada por el casco histórico los fines de semana.

La población se reparte de forma dispersa por aldeas y caseríos: La Almeza, Baldovar, Campo de Abajo, Campo de Arriba, La Canaleja, Corcolilla, Cuevarruz, Las Eras, El Hontanar, La Torre y La Carrasca. A ellas se suman varios despoblados, La Hortichuela, El Chopo, Berandía, Benacatácera, Vizcota, Cañada Seca, Pozo Marín.

Los testimonios más antiguos de su pasado se remontan a la Edad del Bronce, documentados en el castillo de El Poyo, así como en Los Castillejos, en la aldea de Cuevarruz. Este último sitio también alberga los restos de un poblado ibérico. En otros puntos hay constancia arqueológica ibérica y romana. Las evidencias más relevantes corresponden a la época musulmana, representadas por sendos castillos, por una parte, el de Alpuente, con un importante protagonismo en el siglo XIX durante las guerras carlistas, y por otra, el de El Poyo, cerca de la aldea del Collado. Sobre el topónimo, Al Udrí, a mediados del siglo XI, proporcionó la primera referencia a Al-Bunt, que se podría traducir por La Muela.

En época musulmana una muralla protegía a la población, extendiéndose por la vertiente oeste a lo largo de 600 m, alcanzando por el norte el barranco Reguero. La torre mejor conservada constituye la sede del Ayuntamiento. El edificio debe adscribirse a la época medieval cristiana con añadidos posteriores, como el salón consistorial, adosado en el siglo XVI.

El castillo de Alpuente constituye el elemento que ha contribuido a crear una imagen única de la localidad, al enclavarse en lo alto de un cerro sobre el profundo barranco del río Reguero. Esta sensación de dominio queda patente en la silueta de su Torre Albarrana que se dibuja sobre un peñasco al sur del recinto fortificado que conformaba la Alcazaba. Los trabajos arqueológicos acometidos recientemente bajo la dirección de Enrique Díes y Rosario Serrano han permitido identificar la técnica constructiva con la que fue erigida la torre, denominada, aparejo califal, que estuvo en boga entre mediados del siglo X y el primer cuarto del siglo XI.

La imagen intimidatoria del castillo quedó mermada a raíz de la demolición parcial como castigo a la población por haber apoyado la causa contraria a los Borbones durante la Guerra de Sucesión. Muy próxima al castillo, se halla la Iglesia arciprestal de Nuestra Señora de la Piedad, construida entre los siglos XIII y XV, que destaca por su campanario octogonal.

Alpuente atesora un rico patrimonio paleontológico. El visitante puede admirar los restos del Jurásico Superior con una antigüedad de 140 millones de años, entre los que destaca el esqueleto de un saurópodo hallado en las proximidades de la aldea de Baldovar (Alpuente). La importancia científica del territorio de Alpuente queda patente en la identificación de una nueva especie de saurópodo y en la recuperación por primera vez en España de piezas de dinosaurios estegosaurios. Alpuente reúne un conjunto de yacimientos con huellas de dinosaurios, icnitas.

Uno de ellos, localizado en Corcolilla (Alpuente), figura en la relación de huellas elaborada para solicitar su declaración como Patrimonio de la Humanidad.

Todas estas evidencias demuestran que el territorio de Alpuente constituye un auténtico Parque Jurásico que merece la pena conocer.