Conociendo la trayectoria la Cía. Ferroviaria, puedo advertir, sin hacer mucho esfuerzo, que la versión de Antígona que esta compañía presentará en el festival de Sagunto a Escena será especial y muy personal. No en balde, el colectivo comandado por Paco Macià es un proyecto escénico que, desde sus inicios, ha perseguido una auto exigente renovación de los lenguajes teatrales al servicio de propuestas creativas y de constante reflexión humana.

En este caso, dicha revisión se ayuda de diversas versiones. El montaje inter-textualiza obras de Sófocles, Brecht, Anouilh, Marguerite Yourcenar, George Steiner o Griselda Gambaro que tienen en común este mito, además de textos propios.

Pero la base de la obra sofoclea se mantiene, esto es, el protagonismo de una mujer que defensa la propia verdad, aunque esa determinación le lleve a la muerte. Antígona, de ese modo, nos reta sobre el misterio de la muerte ya que se acerca a ella de manera natural, casi fatídica.

A lo largo del tiempo han llovido interpretaciones sobre un relato que desvela una atrayente concepción dialéctica desvelada sobre todo por Hegel en su reconocida interpretación del conflicto entre Antígona (Ley de la familia) y Creonte (Ley del Estado). Más allá de la síntesis que realiza Hegel, lo valioso de la obra es el propio conflicto entre las dos partes, pero no tomadas como alternativas, como si uno de los dos personajes −Antígona o Creonte− tuviera toda la razón, sino que cada personaje asume sus argumentos, siendo el debate tanto más interesante y vivo cuántas más razones legítimas demos a ambas partes. En la tragedia no caben las miradas unilaterales, como la de Creonte, o como la de Antígona, si se quiere concebir adecuadamente la Ciudad. De todos modos, resalta la altura moral de Antígona a la que también se le considera como iniciadora de lo que hoy se denomina desobediencia civil.

En efecto, la obra provoca un juego: aceptar las prescripciones del derecho vigente, pero sin conculcar los principios de justicia inmemoriales de la polis. Un conflicto inagotable, imposible de resolver, pero que debe dar lugar a un diálogo siempre abierto para que la justicia siga ampliando sus horizontes.

Aunque el punto de partida sea la obra de Sófocles, su punto de llegada será, de seguro, una mirada simbólica y atemporal, en el que se fundirán los lenguajes que le son propios a la compañía como las acciones físicas, imágenes, música, danza y trabajo vocal. Lo podremos comprobar subiendo al teatro posromano de Sagunto la noche del 1 de agosto.

Circo-teatro

El espectáculo elegido para inaugurar la sección Off del festival saguntino, Aigua, tiene un punto simbólico, ya que, en cierta manera, quiere dar una notable presencia al circo-teatro (también conocido como circo contemporáneo), un género cada vez más presente en los escenarios tanto de teatros cerrados como los del aire libre. En este caso, la coproducción del Institut Valencià de Cultura y Fitcarrer de Vila-real, realizada por la compañía Nuc, tiene como objetivo ofrecer una poesía visual a partir de recursos habituales del circo, pero también un relato que tiene como ejes la solidaridad, el medio ambiente y la amistad. El estreno será el día 31 de julio, en la Glorieta de Sagunto.