Los pájaros son fáciles de cuidar, no requieren grandes esfuerzos económicos y tampoco casas demasiado grandes. Son, por tanto, las mascotas perfectas para aquellos que no tienen el tiempo necesario que requiere, por ejemplo, un perro. Sus vivos coloridos y bonitos cantos harán que tener un pájaro como animal doméstico sea una experiencia maravillosa. Eso sí, es importante elegir el que mejor se adecúe a nuestro hogar. El periquito, por ejemplo, es muy sencillo de cuidar ya que se alimenta con avena o alpiste, se conforma con una jaula limpia y es un pájaro muy sociable. La única recomendación es que no se pueden tener dos hembras juntas porque podrían atacarse. Al diamante mandarín le gusta mucho bañarse por lo que en la jaula se debe incluir un recipiente con agua, mientras el jilguero requiere de un espacio bastante grande en el que poder introducir ramas o columpios para que el ave pueda divertirse.

El canario siempre está de buen humor y su canto es señal de que goza de buena salud. Cuanto más cerca está de una ventana más ruidoso es.

Las cacatúas son tranquilas y silenciosas y su alimentación incluye desde frutas y vegetales frescos hasta huevos cocidos y gusanos.

El loro es el pájaro doméstico más grande, sus cuidados son bastante extensos y no se recomienda para personas sin experiencia en la cría de aves. Si se le entrena de manera adecuada, el loro puede vivir fuera de la jaula y deambular a sus anchas por la casa. En los últimos años se ha vuelto muy popular el agaporni, una especie de loro en miniatura. En realidad se trata de una especie de periquito conocido como el pájaro del amor. solo puede tenerse en pareja porque de lo contrario no sobrevive mucho tiempo. Requiere una jaula grande, desinfectada, limpia de ácaros y otros agentes infecciosos; se recomienda rociar sus plumas dos veces al día con temperatura ambiente utilizando un atomizador de agua.