El perro es el mejor amigo del hombre. Esta afirmación no es baladí cuando nos sumergimos en la filosofía del Grupo Yaakun -amar en el lenguaje maya-, donde ya han pasado más de 3.000 perros por la residencia canina que tienen en Godelleta desde 2008. Su idea principal es «empatizar con los sentimientos de los perros para mejorar su condición, es decir, un entrenamiento de contacto emocional», asegura José Antonio Mézlau, creador de la escuela de entrenamiento y adiestramiento. «Hacemos cursos que van dirigidos a la formación de los responsables de los perros. La palabra dueño intentamos evitarla porque no nos gusta el concepto propiedad; si no el término responsable de un animal que hemos decidido tener, educar y darle una calidad de vida. No son nuestros súbditos y no podemos hacer con ellos lo que queramos pero eso no quita que sea una animal», aseguran desde el Grupo Yaakun. Sus entrenamiento están basados en socializar, educar y adiestrar a los perros: «Socializamos al perro para que sea equilibrado y tenga un mejor comportamiento. Para ello, hacemos presentaciones entre manadas para que los animales se conozcan sin establecer grades conflictos. Socializar no es lo mismo que educar. En este proceso, explicamos a las personas cómo crear normas adecuadas que me faciliten la convivencia con el perro. Por otro lado, en el adiestramiento enseñamos cómo transmitir habilidades para poder contribuir a la educación del perro», aclara Mézlau. Desde el Grupo Yaakun conciben a los perros como una escuela vida: «Hacemos ver a los responsables que los perros nos hacen vivir. A mí, mi perro me ha enseñado a conocerme a mí mismo, a darme cuenta de que no me comunicaba bien conmigo mismo y eso, lo exteriorizaba señalando como problema siempre a un perro. Decidí cambiar y conectar emocionalmente con estos animales porque el perro es un maestro y un espejo», concluye.