Entre el 34% y el 59% de los perros que viven en países industrializados, entre uno y dos de cada tres, tienen sobrepeso, informa la agencia Sinc. A pesar de que los dueños controlan la dieta de sus mascotas y las obligan a correr, ciertas razas como los labradores retrievers, uno de los canes más populares, muestran mayor interés por la comida y son más propensos a sufrir obesidad. Para un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Cambridge, este fenómeno solo podía tener una explicación genética.

En el estudio, publicado en Cell Metabolism, se analizaron tres genes relacionados con la obesidad en 310 labradores. Al menos uno de cada cuatro (el 23%) portaba una variante del gen POMC. En una muestra mayor, con 411 perros de Reino Unido y EE UU de 38 razas diferentes, la alteración genética volvió a aparecer en retrievers de pelo liso. El gen afectado es conocido por regular la manera en la que el cerebro identifica el hambre y la sensación de quedar saciado tras la comida. Con una alteración en este gen, el perro puede no quedar satisfecho nunca. Los labradores cumplen a la perfección el papel de perro de asistencia y la comida se utiliza a menudo como una recompensa durante el entrenamiento, lo que puede constituir un arma de doble filo.