Investigadores del comportamiento animal en Reino Unido y Brasil han descubierto que los perros se relamen como respuesta comunicativa hacia rostros humanos enojados. Los científicos examinaron el comportamiento de los perros en respuesta a imágenes y sonidos emocionalmente significativos, y descubrieron que el acto de relamerse en perros domésticos no es simplemente una respuesta a la comida o la incertidumbre, sino que parece usarse como señal para tratar de comunicarse con los humanos en respuesta a señales visuales de enojo.

Significativamente, las señales de audio de voces humanas enojadas no provocaron la misma respuesta.

Los perros se expusieron simultáneamente a dos expresiones faciales (una positiva y otra negativa del mismo individuo), que podrían ser humanos o canes de cualquier sexo, junto con un sonido, que podría ser positivo o negativo de la misma especie y género. Los hallazgos, publicados en la revista científica Behavioral Processes, arrojan nueva luz sobre nuestra comprensión del mundo emocional de los perros.

Los investigadores creen que este rasgo de comportamiento puede haber sido seleccionado durante la domesticación. Los hallazgos, combinados con la evidencia previa del procesamiento cognitivo de las expresiones emocionales, sugieren que los perros pueden tener una comprensión funcional de la información emocional y aumenta en gran medida nuestra comprensión de su mundo emocional.