Las tortugas sobrevivieron a los dinosaurios y han vagado por la Tierra durante más de 200 millones de años. Pero en la actualidad, estos longevos reptiles se encuentran entre los animales más amenazados de la Tierra, por delante de las aves, los mamíferos, los peces o los anfibios. La destrucción de su hábitat, la sobreexplotación como mascotas, las enfermedades y el cambio climático son algunas de sus amenazas. Pero ¿qué perderíamos si desaparecieran todas las tortugas?En un estudio, publicado en Bioscience, un equipo de científicos estadounidense advierte de que las tortugas contribuyen a la salud de muchos ambientes, como los desiertos, los humedales, los entornos de agua dulce y los ecosistemas marinos. Las tortugas (herbívoras, omnívoras o carnívoras) desempeñan importantes funciones en las cadenas alimentarias y algunas especies pueden ser los principales agentes de dispersión de semillas para ciertas plantas. «La importancia ecológica de las tortugas, especialmente las de agua dulce, está poco valorada, y poco estudiada por los ecologistas», recalca Josh Ennen, investigador del Tennessee Aquarium Conservation Institute, quien añade que la alarmante tasa de desaparición de las tortugas podría afectar al funcionamiento de los ecosistemas y a la estructura de las comunidades biológicas en todo el mundo.