Sergi García, Dénia

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Dénia (PSOE-Bloc) quiso poner fin ayer a uno de los conflictos del actual mandato otorgando las primeras licencias de obra en la zona de Les Rotes, pero tropezó con los propios informes técnicos municipales que frustraron, por el momento, esa posibilidad. En el Consell de la Gerencia de Urbanismo celebrado ayer, el ejecutivo municipal tuvo que dejar sobre la mesa este asunto tras negarse los partidos de la oposición a autorizar la primera de las licencias ante las dudas que planteaban los dictámenes técnicos adjuntos al expediente.

La negativa del ejecutivo municipal a otorgar permisos en esta zona del litoral y en el Montgó mientras no esté garantizado el alcantarillado le enfrentó desde 2003 a la Asociación de Pequeños Constructores, que consideraba que PSOE y Bloc bloqueaban la expedición de licencias; el conflicto se alivió el pasado mes de octubre, cuando ambas partes firmaron un acuerdo que permitiría dar las primeras licencias a principios de este año, una vez que el Ministerio de Medio Ambiente había asumido el compromiso de financiar el alcantarillado de la zona con 5 millones de euros. El acuerdo consistía en que el consistorio otorgaría las licencias en cuanto se aprobara el proyecto de la red de saneamiento. Pero los plazos previstos en un principio se han alargado y por el momento el proyecto está todavía pendiente de aprobar.

Últimamente había habido nuevos contactos entre el gobierno local y la asociación de constructores, donde había despertado cierta inquietud por el retraso. Ayer, en el Consell de la Gerencia de Urbanismo estaba previsto dar la primera licencia; pero el informe del arquitecto municipal remitía al informe jurídico, y éste dejaba la decisión en los responsables políticos, advirtiendo de que el proyecto de alcantarillado no está aprobado.

Los grupos políticos decidieron finalmente encargar un nuevo informe al secretario municipal y dejar el punto sobre la mesa a la espera de ese dictamen. La alcaldesa, Paqui Viciano, se reunió después con el presidente de los constructores, Toni Martí, para explicarle los motivos por los que fallaron los planes.