R. Pagés, Benidorm

El edificio Intempo de Benidorm, el que será el mayor rascacielos de la ciudad y el edificio residencial más alto de Europa, celebró ayer el primer aniversario desde el inicio de las obras y el comienzo de su segunda fase: la construcción de la estructura de sus 55 plantas que tendrá una altura total de 200 metros.

La promotora Olga Urbana, participada por las constructoras locales Arcentales y Coblanca, ha vendido ya un 40 por ciento de las 268 viviendas que componen este espectacular proyecto, diseñado por el arquitecto alicantino Roberto Pérez Guerras, y que se ha hecho tremendamente famoso porque su estructura -dos torres siamesas, unidas en su parte más alta por un cono invertido que simula un diamante- parece reproducir en el aire la fecha del 11-M.

Entre los compradores que ya han adquirido una vivienda en el edificio Intempo, que no podrán ocupar hasta que concluyan las obras dentro de tres años, hay personas de Benidorm y otras localidades de la provincia, pero sobre todo clientes de Madrid y el norte de España, que tendrán estas casas principalmente como segunda residencia, según explicó ayer José Ignacio de la Serna, del grupo Arcentales y máximo accionista del proyecto. Además, también agregó que otro importante grupo de nuevos propietarios son clientes procedentes de Rusia.

Las viviendas oscilan entre los 60 y los 400 metros cuadrados y su precio, que varía tanto en función de la superficie de cada vivienda como de la planta en la que se encuentre, va desde los 3.000 euros a los 6.000 por metro cuadrado, según explicó el arquitecto Pérez Guerras.

Durante este primer año de construcción, las obras se han dedicado en su totalidad a la cimentación y pilotaje del edificio, que abarca una profundidad de diecisiete metros, así como a la construcción de tres plantas de aparcamientos subterráneos. A partir de ahora, se iniciarán los trabajos en vertical. La base de cada una de las torres tendrá 16 por 14,2 metros cuadrados, con una separación entre ambas de 20 metros. El Intempo ocupará una superficie total de 54.363 metros en una parcela de 12.950 metros cuadrados y su peso superará las 95.000 toneladas.

Sobre las cerca de 160 viviendas que quedan por vender y la crisis por la que atraviesa el sector inmobiliario, el promotor del Intempo destacó que "con un edificio emblemático como ése no vamos a tener serios problemas. Un edificio normal, sí, no venderá nada en los próximos dos años, pero a nosotros eso nos afectará mucho menos". En la misma línea que De la Serna se manifestó Pérez Guerras: "La construcción no está en crisis, la crisis está en los bancos y la gente no compra porque no dan hipotecas".