M. Vilaplana, Cocentaina

El instituto Pare Arques de Cocentaina fue escenario ayer de un acto repleto de emotividad y significado. La comunidad educativa de este centro académico, con los alumnos a la cabeza, rindieron un emotivo homenaje al alcoyano Francisco Aura Boronat, superviviente del tristemente famoso campo de concentración nazi de Mauthaussen. La cita se convirtió en un alegato contra la guerra y la barbarie, personificado en un hombre que sufrió en sus propias carnes los horrores de la degeneración humana.

Francisco Aura, que cuenta en la actualidad con 90 años de edad, se retiró a Francia tras luchar en la Guerra Civil española con el bando republicano. Fue en 1940 cuando cayó preso por parte del ejército alemán, que un año después lo trasladó al campo de cocentración de Mauthaussen. Antes de ser liberado por las tropas aliadas, pasó allí cuatro duros e interminables años, siendo testigo de un genocidio al que, a duras penas, pudo sobrevivir.

El homenaje, organizado por el grupo Recicla l'Escola, se inició en el patio del instituto, donde se procedió a la plantación de un ginkgo biloba, considerado como el árbol de la paz, al pie del cual se colocó una piedra conmemorativa con el lema "Nunca más guerras. Trabajemos y eduquemos por la paz y la no-violencia".

En el acto, los alumnos del instituto cantaron dos canciones: "El pes d'un somriure", del cantautor de Xàtiva Feliu Ventura, y "Lluna mediterrània", del cantante de Enguera Teodoro Aparicio. Además, algunos estudiantes interpretaron una danza al son de la música. A continuación, el propio Francisco Aura protagonizó una charla-coloquio con los alumnos de bachillerato, en la que contó sus vivencias en el campo de concentración.

El objetivo del homenaje, según los organizadores, era concienciar al alumnado y a la sociedad en general sobre la necesidad de conseguir un mundo más justo y solidario, libre de guerras y demás barbaries humanas.

Francisco Aura Boronat, que en los últimos tiempos ha recibido varios reconocimientos, se mostró muy emocionado por el acto tributado en su honor y en el de las víctimas del horror, al tiempo que expresó su confianza y deseo de que "lo que sucedió en Mauthaussen no vuelva a repetirse nunca más".