Me sumo a las palabras del primer ministro de Portugal, António Costa, que calificó de “repugnante” la posición del ministro de Finanzas holandés sobre la crisis sanitaria que asola al planeta y que ni España ni Italia son responsables de esa pandemia, sino en todo caso víctimas.

La posición tanto de Holanda como de Alemania para afrontar la crisis y dotar de recursos a los países más afectados abre una gran fractura en el seno y en el futuro de la UE.

Ante una crisis como la que está viviendo el mundo es incomprensible que no se tomen medidas económicas de gran calado de manera conjunta que den liquidez a los Estados para recuperar el ritmo de la economía, de la creación de empleo y evitar el colapso económico.

Cuando salgamos de la crisis sanitaria se avecina una crisis económica de consecuencias devastadoras. Europa no puede mirar hacia otro lado.

La maquinaria económica de todos los países está en estos momentos parada. No hay actividad económica en muchos sectores productivos. Ponerla en marcha requiere de un ingente plan económico, se habla de un posible Plan Marshall, que dote a los Estados de medios para evitar una nueva crisis económica.