Hoy hay pocas novedades que contar. He bajado al pueblo a por pan y algo de fruta. El otro día cuando fui a Casa Rosa quería comprar algún bote de lentejas ya preparado. No tenía, pero me dijo que me traería cuando fuera a comprar al mercado. Hoy tenía los cuatro botes. Gracias, Rosa.

Cuando he llegado al pueblo me he cruzado con una patrulla de la Guardia Civil que recorría las calles para hacer cumplir el confinamiento. Por rebasar el aforo de la tienda la multa es de 300 euros. El aforo varía según el tamaño de la tienda, en Casa Rosa es de 5 mientras que en el Charter de La Font es de un máximo de 15.

No había demasiada gente haciendo cola. He tenido que esperar solo un poco para poder entrar. Otra de las ventajas de vivir en un pueblo pequeño.

Continuamos en estado de alarma y hay que salir de casa solo para comprar lo imprescindible.

No llueve, pero está nublado. Por Ibi y Biar han caído los primeros copos de nieve.

La tarde se prevé tranquila. Hasta que no remitan las lluvias y salga el sol no se puede entrar a los campos.

Para hacer más ameno el confinamiento seguiré enganchado al spotify escuchando algo de jazz, mientras escribo estas líneas suena un disco de baladas de Scott Hamilton.