Ciudadanos al contrario que el PP está desarrollando una labor de partido útil que es a lo que debe aspirar cualquier partido con ambiciones de gobernar. Su eventual apoyo a los PGE ha puesto nerviosos a sus socios de Gobierno y a todo el batiburrillo de partidos nacionalistas e independentistas que apoyaron la moción de censura.

Una decisión inteligente para minar la influencia de Unidas Podemos en los futuros PGE.

Creo que es el camino que deben emprender los partidos constitucionalistas y al que debería sumarse sin ninguna dilación el PP y, por supuesto, el PSOE para salir de esa deriva populista en la que ha entrado de la mano de Pedro Sánchez.

Unidas Podemos ya ha dicho que no cuenten con ellos para los PGE, si el Gobierno busca el acuerdo con Ciudadanos. Nada nuevo. Esto ya es una buena señal de que las cosas se están haciendo bien y van por buen camino. Falta que Sánchez continúe con ese acercamiento con el partido de Arrimadas.

Lo peor que le podría ocurrir a esta país en estos momentos son unos PGE aprobados con el apoyo de Unidas Podemos y los partidos independentistas. Básicamente por dos razones: en primer lugar porque llevarían a este país a la ruina social y económica y en segundo término porque Bruselas, que es quien tiene la última palabra no los va a aceptar ni hartos de vino.

Pero alguien en su sano juicio, si no lo hemos perdido todos ya, piensa que Bruselas va a aceptar unas cuentas aprobabas por el socio de Sánchez, el señor Iglesias, cuyo partido está siendo objeto de una investigación judicial por una presunta financiación irregular y que, además, propuso el impago de la deuda externa. Conocidas son también sus opiniones sobre la Troika europea, sus posturas antisistema, por no hablar de su apoyo a regímenes totalitarios.

Sigo sin entender como Pedro Sánchez sigue defendiendo al señor Iglesias ante un presunto caso de corrupción que está siendo investigado por la fiscalía.

Prometieron transparencia y mano dura contra la corrupción “caiga quien caiga” y vemos como se arropan unos a otros para evitar la comparecencia en el Congreso del señor Iglesias para explicar las cuentas de Podemos.

Ante cualquier atisbo de presunta corrupción, la comparecencia debería ser de manera voluntaria e inmediata para esclarecer lo ocurrido y no esperar a que lo pidan otros grupos.

Los partidos no pueden taparse sus miserias unos a otros.

La petición que ha hecho el PP y Ciudadanos para que el señor Iglesias explique en el Congreso las cuentas de Podemos ha sido rechazada por los socios del Gobierno, que acusan a la oposición de querer perpetrar “un golpismo de guante blanco”.

Típica reacción y argumento manido de la izquierda cuando se ve amenazada: acusar a los demás de fascistas, incitar a un golpe de estado o poner en duda el sistema judicial.

No hay ningún intento de golpismo por parte de nadie, tampoco de Vox como alguno insinuó, lo que sí hay es una desvergüenza absoluta hacia los ciudadanos por parte de determinada clase política que nos quieren tomar por tontos.

Si hay dudas sobre la financiación de un partido, como es el caso, da igual si es de derechas o de izquierdas, lo lógico sería que los líderes de esos partidos para disipar cualquier duda, me da igual si es Podemos o Ciudadanos, PP o PSOE comparecieran en el Congreso de los Diputados para dar toda clase de explicaciones y no tratar de escaquearse como es lo que siempre parece.

Pero no. Seguimos en esa dinámica de taparse unos a otros. Lo hace la derecha y también la izquierda. Así se pagan los favores unos a otros.

Urge una ley sobre la financiación de los partidos políticos que ponga coto a tanto sátrapa.

En este batiburrillo de fuerzas que ha impedido la comparecencia de Iglesias están: EH Bildu, ERC, JuntsxCat, la CUP y Compromís.

Todo forma de ese pacto encubierto para mantener a Sánchez en el poder.