Nunca pensé que con un Gobierno de izquierdas liderado por el PSOE nuestras libertades pudieran correr peligro. No hay día que no nos levantemos con una nueva cacicada. Si no es para contentar a los independentistas suprimiendo el castellano como lengua vehicular en la enseñanza es la creación de un comité para perseguir y erradicar las noticias falsas. Una forma encubierta de controlar a los medios de comunicación porque para evitar la injerencia de potencias extranjeras en asuntos internos, como ocurrió durante el procés, ya existe el CNI, que en todo caso es el organismo a quien corresponde vigilar estas amenazas.

Por otro lado, las noticias falsas tienen otro cauce de resolución como son los juzgados.

Cuanta menos intervención haya de los medios de comunicación, mejor para la libertad de prensa.

Crear un comité dependiente del Gobierno, concretamente del jefe del Gabinete de la presidencia del Gobierno   o sea del señor Iván Redondo para que decida qué es verdad y qué es mentira nos puede llevar a poner en la picota algo fundamental en un estado de derecho como es el derecho a la información.

No necesitamos ningún comité de la verdad.

Pero si nos fijamos bien todo esto va muy en la línea de lo que siempre ha defendido Pablo Iglesias sobre los medios de comunicación.

Para el líder de la formación morada debe existir un control público de los medios de comunicación.

Un enfoque absolutamente totalitario, donde no pueden coexistir medios privados y medios públicos, garantes ambos de la libertad de prensa.

Si no fuera porque vivimos en una democracia asentada, empezaría seriamente a preocuparme.