El apoyo de EH Bildu y ERC a los PGE no es un cheque en blanco. Dice Pablo  Iglesias que es un gran triunfo de la democracia que EH Bildu esté sentada en las instituciones y no empuñando las armas. Lo será cuando pidan perdón a las víctimas, contribuyan a resolver los cientos de asesinatos que todavía quedan por resolver, reconozcan los daños causado a miles de familias, entreguen las armas y se disuelvan definitivamente, que aún no lo han hecho.

El verdadero éxito de la democracia fue acabar con la banda terrorista ETA. Se habla de Otegui como un hombre de paz. El mismo hombre de paz que participó en el secuestro de Javier Rupérez y que perteneció a ETA y que sigue sin condenar el terrorismo.

Cuando se cumplen 20 años del asesinato de Ernes Lluch, que sí que fue un hombre de paz y dialogante, por eso fue asesinado por ETA por defender la libertad y la democracia, los mismos que hoy ensalza Iglesias.

Tanto EH Bildu como ERC, socios de gobierno de Sánchez, tienen un objetivo común: la independencia del País Vasco y Cataluña. Ese es el único objetico que les mueves a apoyar a Sánchez. No hay otro. No quieren participar de la gobernabilidad del Estado ni de las instituciones. Ahora les conviene estar del lado del Gobierno porque saben que es la única manera que tienen de conseguir objetivos políticos que de otra manera no serían posibles. De hecho ya se están dando pasos en este sentido.

Otegui no tiene en la cabeza otra cosa que conseguir la república vasca y hará lo que haga falta para conseguirlo.  Nunca han escondido que ese fuera su objetivo. Lo realmente preocupante es que un partido como el PSOE, que siempre ha defendido la unidad de España se preste a entrar en ese juego a cambio de un puñado de votos, que realmente no eran necesarios, si los hubiera buscado en el bloque constitucionalista que les tendió la mano, precisamente para evitar la deriva secesionista y el chantaje permanente del independentismo.