La incidencia acumulada de casos de coronavirus se ha disparado en Fontanars dels Alforins hasta los 2.265 casos por cada 100.000 habitantes, según fuentes de la Conselleria de Sanidad.

Desde el ayuntamiento han hecho un llamamiento a la población para que extreme las precauciones ante el incremento de casos que se han registrado.

Parece mentira que con más de 50.000 muertos y cerca de 2 millones de contagiados todavía haya gente irresponsable que no solo juega con su salud, sino con la salud de los demás.

Muchos de estos contagios se podrían haber evitado si la gente fuera un poco más responsable e hiciera caso de las recomendaciones sanitarias. Lo que no puede ser es que se sigan celebrando fiestas privadas o macrobotellones con total impunidad, con el alto riesgo que ello comporta para la población. Quebrantar una de estas medidas lleva aparejada una sanción económica, pero una simple multa no es suficiente. El escarmiento debería ser mayor para que sean conscientes del daño que está provocando.

Esta tercera ola que no ha hecho más que empezar va a ser más letal que la primera y la segunda, por tanto, hay que extremar al máximo las precauciones y evitar salir, salvo para lo estrictamente necesario.

Para ir bien las cosas deberíamos estar en un confinamiento total  de la población, como cuando se decretó el estado de alarma en el mes de marzo ante el repunte de los casos y el elevado número de muertos. Solo cuando hemos estado confinados se ha conseguido doblegar la curva y reducir el número de contagios, y por tanto, de fallecidos. Esta ha sido la única medida eficaz.

Evidentemente una medida de este tipo tiene sus consecuencias económicas, pero en la balanza debe prevalecer la salud de las personas.

Cuando se han levantado las restricciones o suavizado las medidas porque la situación había mejorado o al menos eso creíamos, el virus ha campado a sus anchas.

El problema sigue siendo el mismo que al principio de la pandemia: el colapso de los hospitales, algo que ya está ocurriendo en muchos centros hospitalarios, donde los ingresados en las UCI ya ocupan el 21% de las camas.

De seguir esta tendencia ascendente, con la agravante de que muchas cirugías que no revisten gravedad se están retrasando para dar prioridad a los enfermos por Covid, el colapso en los hospitales puede producirse en cualquier momento.

Si eso se produjera, sí que lamentaríamos entonces no haber actuado antes.