Durante estos largos meses de pandemia no he visto ni a la vicepresidenta Mónica Oltra ni al alcalde de Valencia Joan Ribó comparecer junto al presidente de la Generalitat Ximo Puig.

Sí he visto, sin embargo, a otros alcaldes comparecer junto a presidentes autonómicos para dar cuenta del avance de la pandemia y de las medidas a tomar. Lo último que sabemos de Ribó es la Cabalgata de Reyes que organizó en plena pandemia con los contagios disparados y que congregó a más de un millar de personas donde no se respetaron las medidas de seguridad.

Una auténtica temeridad que como todas no ha tenido consecuencia política alguna. Ni la tendrá. No quiero ni pensar si eso mismo lo hubiera hecho un alcalde del PP, supongo que al minuto siguiente estarían pidiendo su dimisión y la de todo el equipo de Gobierno.

La Comunidad Valenciana que ha batido el récord de incidencia acumulada de todo el país con más de 516 contagios por cada 100.000 habitantes, es, además, la autonomía en la que más han aumentado las hospitalizaciones y los decesos en la última semana. Somos también la que mayor presión asistencial sufre con un 27,48% de camas hospitalarias ocupadas, un porcentaje que se eleva al 40% en el caso de las UCI. También estamos a la cabeza en número de ingresos hospitalarios.